Hay quien dice que la lombriz no debería morir por considerarse un organismo con especializaciones infalibles de supervivencia en los medios tan adversos en los que vive. La vejez, sin embargo, se repite en el anélido como en todos los seres vivos y la muerte también le es cierta. La determinación precisa de cuánto vive una determinada especie de lombriz en su hábitat resulta prácticamente imposible. Incluso con la posibilidad de definirlas con estrategias de marcado, las lombrices siguen sometidas a los ataques de depredadores, a las adversidades del medio y a las heridas propias durante las excavaciones del procedimiento.
Para anular estos reveses y determinar con exactitud la franja de edad máxima que alcanza una lombriz, las observaciones hechas en condiciones de laboratorio confieren el mejor éxito. Controlándose el abastecimiento de alimento, reproduciéndose la temperatura y humedad ideales de vida de la especie y protegiendo completamente los individuos estudiados contra el ataque de sus enemigos naturales, la longevidad de la lombriz pasa a ser determinable.
Experimentos indicaron tiempos de vida variables conforme fuera la especie de lombriz, pero generalmente incluidas siempre en la franja de 2 a 16 años. Las especiesAllolobophora longa y Megascolides australis viven durante diez años, la Lumbricus terrestris y la Eisenia fetida alcanzan la edad máxima de seis años, por ejemplo.
