Como cada año, este 1 y 2 de noviembre celebramos el Día de Muertos, una fiesta que tiene un significado muy especial para los mexicanos, siendo el perro Xoloitzcuintle uno de los elementos más importantes de nuestra cultura.
Desde tiempos prehispánicos, esta particular raza de perros ha sido venerada, ya que existía la creencia de que estos animales eran guardianes de los espíritus, que guiaban a las almas de los fallecidos por el largo y difícil camino por Mictlán.
La misión particular de esta raza de perro era el ayudar a pasar a las almas por un profundo río que atraviesa la tierra de los muertos.
Los Xoloitzcuintles no solamente eran valorados en el mundo espiritual, sino también cuando estaban vivos, ya que eran asociados a Xolotl, quien es el dios de la muerte, con el cual deberían ser bondadosos si querían gozar de una muerte agradecida y sin sufrimiento.
En la leyenda del xoloitzcuintle tiene además una particular característica, la cual consiste en que si el tono de piel del animal es negra significa que ya ha guiado a suficientes almas al Mictlán mientras que si su tono de piel es claro significa que es muy joven y aún no ha podido alcanzar la madurez para lograrlo.
