El ajolote es un anfibio endémico del Valle de México, el cual conserva sus rasgos larvales cuando es adulto, de igual modo conserva su aleta dorsal, la cual recorre todo su cuerpo.
Actualmente se encuentra únicamente en la Ciudad de México, en la red acuífera de Xochimilco, cuenta con una estatura media de 15 centímetros; sin embargo, puede llegar a medir hasta 30 cm.
La preservación del ajolote se dio desde el año 2006, cuando la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) clasificó al ajolote mexicano como uno de los animales en peligro de extinción debido a la contaminación de su hábitat.
El ajolote ha estado presente en la historia de México, desde tiempos inmemorables, sin embargo, se desconoce el origen exacto de este anfibio y es así como surgen dos leyendas.
La primera es la del gran dios Xolotl que para no ser sacrificado se escondió transformándose en maíz y luego maguey, sin embargo, lo descubrieron, él se refugió en el agua y se convirtió en axolotl.
La segunda habla del axolote que aparece ligado a los más antiguos mitos mexicas. En la leyenda del quinto sol se indica que en la ciudad sagrada de Teotihuacán los aztecas creían que cuando Nanahuatzin y Tecuciztécatl se tiraron a la hoguera se convirtieron en el sol y la luna, estos decidieron morir pero Xólotl, que se negó al sacrificio.
Los colores de esta especie endémica de México puede ser desde el negro, marrón o incluso moteado, además de que la alimentación de este ejemplar es de moluscos, gusanos, larvas de insectos, crustáceos y peces.
