Tierra

Zoológicos clandestinos, el gusto de los “narcojuniors” que atenta contra los animales

Una característica de los narcotraficantes es ostentar los lujos más exóticos que cualquier persona se podría imaginar, carros de lujo, mansiones, joyas, ropa de diseñador, yates, se ha convertido en objetos de valor que pueden presumir. 

De acuerdo con cifras publicadas por National Geographic, se calcula que en 2019 el comercio de animales silvestres creció entre un 40 y 60 por ciento. México, Guatemala y Belice son los países de América Latina en los que más se realizan estas actividades ilícitas, gracias a la riqueza de flora y fauna.

El tráfico ilegal de animales silvestres está tipificado como delito en México de acuerdo con el artículo 420 del Código Penal Federal, las penas van de uno a nueve años de prisión y multas equivalentes de 300 a 3000 días.

Por su parte, en Colombia los castigos por estos mismos hechos delictivos los castigos a prisión son de 60 a 135 meses y multas de 300 hasta 40 mil salarios mínimos legales.

“El comercio ilegal de la vida silvestre puede dañar la integridad ecológica y el funcionamiento de los ecosistemas y puede llevar a algunas especies a la extinción”, comentó Susan Gardner, directora de la División de Ecosistemas, del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

“De acuerdo con los códigos de la aristocracia de los narcotraficantes, contar con un zoológico privado era un prerrequisito para formar parte del selecto círculo de traficantes mayoristas de droga”, mencionó David Saucedo, especialista en seguridad pública de México.

Entre las especies que son más comercializadas de manera ilegal en México se encuentran los pericos, monos, guacamayas, iguanas, víboras y halcones, de acuerdo con la Semarnat en su más reciente informe.

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