Un sismo de magnitud 7.2 se sintió hoy en Haití, con epicentro a 160 kilómetros del centro de Puerto Príncipe, por lo que se activó la alerta de tsunami, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos. Sin embargo, momentos después desactivo la alerta al determinar que pasó la amenaza de que se produzca el fenómeno en el país.
El primer ministro, Ariel Henry, informó en redes sociales que el sismo dejó varias pérdidas de vidas humanas y materiales, «extiendo mi más sentido pésame a los padres de las víctimas de este violento terremoto».
Además, hizo «un llamado al espíritu de solidaridad y compromiso de todos los haitianos, a fin de unirnos para enfrentar esta dramática situación que vivimos actualmente».
El director de protección civil de Haití, Jerry Chandler, aseguró que el terremoto ocasionó daños en viviendas y se han reportado varias personas fallecidas; sin embargo, aún no hay una cifra exacta.
«Hay muertos, puedo confirmarlo, pero todavía no tengo el número exacto», dijo Chandler, al precisar que el primer ministro Ariel Henry estaba de camino al centro nacional de operaciones de emergencia, en Puerto Príncipe.
Tras el sismo, usuarios de redes sociales publicaron fotos de los daños materiales en varias ciudades, como en edificios religiosos, escuelas y viviendas.
En vídeos compartidos en internet, se ven varios edificios en ruinas, incluida una iglesia en la que al parecer se estaba celebrando una ceremonia, en la comuna de Les Anglais, a 200 kilómetros al suroeste de Puerto Príncipe.
La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA, en inglés), que vigila la emergencia de posibles tsunamis en todo el mundo, alertó sobre olas gigantescas durante casi una hora, después del terremoto.
«Olas de tsunami que pueden llegar a 1 o 3 metros sobre el nivel de la marea son posibles en algunas costas de Haití», indicó la NOAA.
Añadió que dicho tsunami podría alcanzar las costas de Puerto Príncipe, las de la ciudad sureña de Jacmel y las de Jérémie (suroeste) y que la amenaza podría durar «muchas horas después de la ola inicial», ya que el intervalo entre olas peligrosas puede ser «de cinco minutos a una hora».