El nuevo ciclo solar, el número 25, comenzó con una actividad que irá aumentando continuamente hasta alcanzar el máximo solar, previsto para 2025. La Agencia Espacial de Estados Unidos, junto a la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) discutieron esta semana sus análisis y predicciones sobre el nuevo ciclo solar y cómo el próximo repunte afectará nuestras vidas y tecnología en la Tierra, así como a los astronautas en espacio.
El mínimo solar se dio en diciembre de 2019, marcando el inicio de un nuevo ciclo solar.
Los científicos ahora esperan que la actividad del Sol aumente hacia el próximo máximo previsto en julio de 2025, y dijeron que se prevé que este nuevo ciclo solar 25 tenga una intensidad similar al último ciclo solar, que fue un ciclo por debajo del promedio, pero aún así no exento de riesgos.
¿QUÉ ES UN CICLO SOLAR?
El Sol es una enorme bola de gas caliente cargada eléctricamente. Este gas cargado se mueve, generando un potente campo magnético. El campo magnético del Sol pasa por un ciclo, denominado el ciclo solar.
Cada 11 años más o menos, el campo magnético del Sol cambia completamente. Esto significa que los polos norte y sur del Sol cambian de lugar. Luego, se demoran unos 11 años más para que los polos norte y sur del Sol vuelvan de nuevo.
El ciclo solar afecta la actividad en la superficie del Sol, como las manchas solares causadas por los campos magnéticos del Sol. A medida que los campos magnéticos cambian, también lo hace la cantidad de actividad en la superficie del Sol.
Una forma de llevar la cuenta del ciclo solar es contando el número de manchas solares. El comienzo de un ciclo solar es un mínimo solar, o cuando el Sol tiene menos manchas solares. Con el tiempo, aumenta la actividad solar y el número de manchas solares.
La mitad del ciclo solar es el máximo solar, o cuando el Sol tiene la mayor cantidad de manchas solares. A medida que el ciclo termina, vuelve al mínimo solar y comienza un nuevo ciclo.
Las erupciones gigantes en el Sol, como las erupciones solares y las eyecciones de masa coronal, también aumentan durante el ciclo solar. Estas erupciones envían poderosas golpes de energía y material al espacio.
Esta actividad puede tener efectos en la Tierra. Por ejemplo, las erupciones pueden causar luces en el cielo, llamadas aurora, o impactar las comunicaciones radiales. Las erupciones extremas pueden incluso afectar las redes eléctricas en la Tierra.
La actividad solar puede afectar la electrónica satelital y limitar su vida útil. La radiación puede ser peligrosa para los astronautas que trabajan fuera de la Estación Espacial Internacional. Si los científicos predicen un tiempo activo en el ciclo solar, los satélites pueden ponerse en modo seguro y los astronautas pueden retrasar sus caminatas espaciales.