Tras vencer al líder de los macacos en la isla Kyushu, Yakei se convirtió en la primera hembra alfa en toda la reserva natural.
Yakei no tuvo empacho en golpear a su madre. Por el contrario, tras salir victoriosa de ese primer encuentro, se ganó un lugar diferente en su manada. En lugar de ser una más de la familia, los demás macacos la empezaron a percibir distinto: sabían que, con ella, no había segundos miramientos.
Pocos meses más tarde, el líder del grupo, Sanchu, la buscó para mostrar su virilidad. El principio era sencillo: nadie podría vencer al macho más fuerte de la comunidad. Nadie nunca lo había hecho. Entre 677 monos japoneses, él había sido el más temido por años. A pesar de sólo tener 9 años, Yakei tenía otros planes.
Una nueva líder
El encuentro se dio en el Jardín Zoológico Natural Takasakiyama, una reserva ecológica donde los monos de nieve deambulan en libertad. Este espacio fue destinado por el estado japonés para preservar a la especie en su ecosistema, según la cobertura de The Guardian. Entre los árboles de las montañas, Yakei no tuvo empacho en arrojarse a la batalla.
En total, la macaco lanzó su cuerpo entero —de apenas 10 kilos— en contra de Sanchu. No pasó más de una hora antes de que las hostilidades terminaran. Tras la derrota del antiguo líder, Yakei se convirtió en la hembra alfa del grupo. Para los veterinarios que monitorean la reserva, el comportamiento fue más que sorprendente.
Por primera vez en muchos años, la «tropa B» en la isla de Kyushu tiene una líder femenina. El camino para conseguir ese puesto fue arduo. Empezó en abril, cuando peleó contra su madre. Hoy, tras vencer al antiguo macho alfa de 31 años, Yakei trepa los árboles y los agita, una señal típica de la especie de poder sobre los demás.
Un puesto honorífico
Según los guardias de Takasakiyama, la nueva hembra alfa ostenta su puesto con honor y decisión. Para comprobar su nuevo liderazgo, realizaron la ‘prueba del maní’, que consiste en ofrecer cacahuates a los animales para ver quién se los come primero. Por primera vez, Sanchu retrocedió para ceder el lugar honorario a Yakei, confirmando su estado de líder.
«Desde entonces, Yakei ha estado trepando árboles y sacudiéndolos, lo cual es una expresión de poder y un comportamiento muy raro en las hembras», señaló Satoshi Kimoto, un guía en la reserva natural. Además, según las observaciones de los guardabosques, camina con la cola erguida —una actitud dominante poco común entre los ejemplares femeninos.
Desde 1952, cuando el parque ecológico se fundó, ha sido hogar para más de 1,500 macacos. En contraste, unos 100 mil ejemplares viven todavía en libertad entre las montañas de Japón. Todos comparten una misma característica: son animales que no le tienen miedo a enfrentamientos agresivos con seres humanos y otras especies. A partir de ahora, valdría la pena no mirar a Yakei a los ojos: lo interpretaría como un desafío, y el agresor podría salir malherido.
Fuente: www.ngenespanol.com