Fuego

Historia del fuego – Origen y descubrimiento

En la actualidad, podemos encender un fuego de una manera muy sencilla, pero, ¿conoces la historia del fuego?. No siempre ha sido así de fácil. ¿Cómo surgió el fuego?, ¿cómo hacían el fuego antes?

Cuándo se descubrió el fuego

Los restos más antiguos de hogueras encendidas por el hombre, se encuentran en los yacimientos keniatas de Koobi Fora y Chesowanja, y en los etíopes de Bodo y Gaded.

No eran propiamente seres humanos como nosotros, sino nuestros antepasados. Los australopitecos, que tenían aún un cerebro muy pequeño y andaban semierguidos como algunos simios, fueron quienes descubrieron el fuego.

Lo fueron, a tenor de los restos de troncos carbonizados que tienen entre 1.500.000 y 1.400.000 años de antigüedad.

Esta datación ha sido posible gracias a los avances de la antracología, ciencia que estudia lo restos de madera carbonizada.

Origen del fuego

Cuando los primeros seres humanos abandonan África, llevan el fuego consigo. Sin embargo, el fuego que usaban los australopitecos fue conseguido probablemente de algún incendio.

Cuándo surgió el fuego

Seguramente, al caer un rayo sobre un árbol, éste se incendiase. El hombre primitivo consiguió mantener este fuego alimentándolo con más troncos y ramas de árboles.

Pero esto tenía un gran inconveniente, debían estar siempre pendiente para que no se apagase, ya que todavía no conocían cómo crear el fuego. Algo que aprendieron como veremos a continuación.

Cómo se hacía el fuego

Sería un pariente del australopitecos, el Hornos erectus, cuyos primeros fósiles fueron hallados en Java con una antigüedad similar, quienes se adjudiquen la domesticación del fuego.

En aquellos tiempos podía conseguirse de dos maneras:

  1. Por frotamiento entre dos objetos, haciendo que el calor obtenido produzca la ignición
  2. Por percusión, golpeando, por ejemplo, dos piedras de pedernal de las que saltan chispas.

Poco más adelante las técnicas de obtención del fuego se dividen en tres categorías:

La fricción circular

El fuego se obtiene por rotación de una varilla de madera dura introducida en una cavidad hecha en un trozo de madera más blanda.

El movimiento de rotación rápido, que se le imprime a la varilla directamente con las palmas de las manos, o indirectamente con la ayuda de una correa. Produce un calentamiento suficiente para encender los materiales combustibles.

La fricción oblicua-posada

Es una técnica por fricción. Emplea la frotación o la aserradura continua de un trozo de madera con otro trozo de madera generalmente más duro.

El calor producido de esta manera es transmitido a una materia fácilmente inflamable. Las formas modernas de esta técnica son las cerillas químicas o el encendedor.

La percusión oblicua-posada

Emplea la proyección de chispas sobre una materia fácilmente inflamable: estopa, hojas secas, etcétera. Con la ayuda de piedras duras, (cuarzo, sílex) que se golpean contra otras piedras duras o contra nódulos metálicos (piritas de fierro).

La imagen obtenida de la película En busca del fuego, de Jean Jacques Annaud, de 1981, muy realista por cierto en cuanto al uso del fuego, se da hoy día en algunos pueblos.

Cuándo se dominó el fuego

El desarrollo de las técnicas para producir fuego, proporciona al hombre una ventaja decisiva sobre las demás especies.

El dominio del fuego le permite protegerse mejor de los depredadores, calentarse, alumbrarse, mejorar su alimentación, desarrollar nuevas artes.

El fuego es probablemente una conquista del Homo erectus. Parece seguro que las primeras hogueras no son anteriores a la glaciación alpina de Mindel.

Es decir, al período de intenso enfriamiento que conoció Europa entre 500.000 y 300.000 años antes de Cristo, y que corresponde a los tiempos acheulenses.

Primeras hogueras conocidas

El primer emplazamiento conocido es probablemente, la caverna de L’Escale, en Bouches- du-Rhóne (Francia). Si aceptamos que data del Mindel I, se trata del hogar más antiguo de origen humano descubierto en el mundo.

Más reciente, pero de datación más exacta, es el yacimiento de Vértesszóllós en Transdanubio (Hungría), donde se observa la presencia de gran número de guijarros colocados ordenadamente, al lado de pequeñas hogueras repletas de huesos quemados y de carbón de hueso.

Debemos citar un tercer emplazamiento, sin duda contemporáneo de la glaciación de Mindel, pero que todavía plantea problemas de datación: Terra Amata, cerca de Niza (Francia).

Señalemos, además, los yacimientos mindeleses de Torralba y de Ambrona en España, y el de Teting en Mosela, Francia. Fuera de Europa, el emplazamiento más antiguo es el de Chuku-Tien, en China, cuyas cenizas podrían ser contemporáneas del Mindel I.

Curiosamente, no se encuentra ningún rastro de fuego en África o en el Próximo Oriente en este período, quizá debido a un problema de conservación de las cenizas en el suelo, o, con mayor probabilidad, a que los acheulenses, nómadas en esta parte del mundo, ignoraban su utilización.

La tesis según la cual el hombre se habría contentado primero con recoger y mantener el fuego obtenido a partir de incendios naturales o de erupciones volcánicas es, además de refutable, indemostrable.

Civilización del fuego

Sin embargo, no podemos dejar de pensar totalmente que el hombre prehistórico haya sido un recolector de fuego antes de ser un productor, pero, como subraya André Leroi-Gourhan, “en vano buscaríamos en alguna tribu poco conocida un caso en que el fuego haya sido obtenido de un incendio o de un volcán”; de hecho, actualmente, ningún pueblo practica una explotación de tanto riesgo.

El brasileño Sidney Possuelo, que trabajó muchos años con el gobierno brasileño a la busca de tribus perdidas en la Amazonia, explica que algunos indios todavía conservan fuegos encendidos por sus antepasados (los abuelos, por ejemplo) en el interior de troncos con los que se desplazan a todas partes.

Una vez controlado el fuego, el hombre lo utiliza para calentarse y cocinar, pero en cuanto se inicia el Neolítico y se desarrolla la agricultura, el ser humano empieza a usarlo para quemar los bosques y abrir territorios a los cultivos y, especialmente, a la ganadería.

Muchas culturas lo han introducido en su mitología, y entre todas, persas, griegos y romanos han mantenido templos en los que la llama del fuego sagrado no debía extinguirse nunca.

Evolución del fuego

Numerosos arqueólogos piensan que el estadio de no dominio del fuego, fue seguido directamente por el estadio de su fabricación. Este se remontaría al paleolítico inferior.

De todas maneras, sigue siendo extremadamente difícil determinar con precisión qué técnicas fueron utilizadas por el Homo erectus y luego por el Homo sapiens para obtener el fuego.

Carecemos de pruebas materiales (ausencia de herramientas de percusión o de fricción), pero cualquiera de los dos grandes procedimientos de obtención del fuego habría podido ser utilizado, en la medida en que los hombres prehistóricos disponían de los materiales adecuados y del conocimiento de los movimientos técnicos necesarios.

La misma incertidumbre reina en cuanto al empleo exacto del fuego durante los cuatrocientos milenios que separan la glaciación de Mindel del neolítico.

Así, en lo que concierne al uso del fuego para calefacción se cree haber encontrado vestigios de hogueras utilizadas como calefactores y que datan del paleolítico superior.

Estas fogatas están cubiertas de guijarros y de placas de piedra que pudieron servir para mantener el calor, pero también para otras funciones desconocidas.

Asimismo, el uso del fuego para iluminación no puede ser documentado más que en el período del magdaleniense tardío, cuando aparecen los primeros vestigios confirmatorios: lámparas y arte parietal.

En cuanto a las dataciones más antiguas de antorchas, no se remontan a más allá del 3200 a. C., aunque su uso sea probable durante el paleolítico.

Otros usos del fuego

Un problema equivalente se plantea en cuan­to al uso del fuego como arma. Y, como subraya la especialista en el tema, Catherine Perlès: “Para un arqueólogo, nada se parece más a un incendio de origen natural que un incendio provocado por el hombre”.

El fuego como arma

Una vez más la falta de rastros limita la investigación arqueológica. Sin embargo esto no invalida de ninguna manera el papel desarrollado por el fuego como arma defensiva.

El fuego para fabricar

El fuego pudo también tener aplicación en el proceso de transformación de la madera y los huesos, y en el desbastado de la piedra, pero, nuevamente, nos tropezamos con la ausencia de pruebas directas.

El fuego para hacer cerámica

La única certeza que se tiene, es el empleo del fuego en el chatelperroniense para calcinar el ocre y en el gravetiense para obtener las primeras sustancias cerámicas.

El empleo del fuego para cocinar

La datación de la cocción de los alimentos presenta el mismo grado de incertidumbre.

Además, es muy posible que el hombre prehistórico no haya cocido su comida, pero, contrariamente, se plantea un interrogante respecto al impacto del paso de lo crudo a lo cocido en la biología y en la siques humanas.

Todas las hipótesis pueden ser enunciadas. Se puede suponer que hubo modificaciones mentales, de comportamiento, incluso genéticas del hombre sometido a este nuevo modo de alimentación.

Historia del fuego resumen

Si lo que te interesa es conocer una breve historia del fuego resumida, a continuación la puedes ver en forma de cronología. Así, no te perderás ningún hito histórico importante:

  • 1000 a.C.: primeros restos de uso del fuego por parte del ser humano en los yacimientos keniatas de Koobi Fora y Chesowanja, y en los etíopes de Bodo y Gaded.
  • Siglo VI: en China se fabrican cohetes y explosivos desde esa época, aunque la fabricación de pólvora tendrá que esperar a la dinastía Sung, entre los siglos X y XII.
  • Siglo VII: Calínico, un arquitecto egipcio que se refugió en Constantinopla ante la invasión musulmana, inventa el fuego griego, una sustancia que se inflamaba fácilmente y cuya fórmula ha permanecido siempre en secreto por el Imperio Bizantino. La usaron contra los árabes hasta el año de la caída de Constantinopla, en 1453.
  • Siglo XIII: los mongoles introducen el uso de la pólvora y los cohetes chinos en Europa.
  • Siglo XIV: se inventan las armas de fuego en Europa.

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