Con el fin de impulsar la investigación científica para realizar proyectos que abonen a la conservación de biodiversidad y su desarrollo, biólogos de la Benemérita Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) incentivan entre la sociedad el papel de las aves como actores esenciales para el equilibrio del medio ambiente, buscando también evitar su comercio.
En la investigación llevada a cabo por Nancy Elizabeth Cortés y Hugo Noé Araiza, quien también es encargado del Jardín Botánico de la UAA “Rey Nezahualcóyotl”, destacan que, debido a la destrucción de su hábitat, la contaminación, cacería o extracción excesiva de especies, en la actualidad existen entre 300 y 400 tipos de aves en alguna categoría de riesgo, lo que representa entre el 26 y 33 por ciento del total de la avifauna en México.
“Lamentablemente, las alteraciones en el ambiente ocasionadas por el comercio de las especies, en particular las exóticas, han mermado en la alteración de sus entornos y el número de familias. En Aguascalientes se cuentan con pocos registros de aves exóticas de ornato”, expuso la UAA.
Algunas de las que se puede hacer mención son: loro cachetes , loro frentelila , perico atolero y perico aliverde . Las especies en peligro que se han encontrado en la entidad son la guacamaya verde y guacamaya escarlata, “por lo que es necesario robustecer la investigación en ecología de las aves para determinar acciones que favorezcan a su presencia, protección y distribución en la zona en la que se encuentran”.
La Universidad destacó que este tipo de estudios abonan también a determinar indicadores ecológicos en un ecosistema o una ciudad, pues la presencia o ausencia de las aves en diversas ubicaciones, por ejemplo, en ríos, presas o arroyos, advierten la posibilidad de algún tipo de contaminación y determinan la calidad de los cuerpos de agua.
Además, las aves fungen como polinizadores, controladores de plagas de insectos y dispersores de semillas, actividades que benefician a la vegetación. Los biólogos recomendaron colocar bebedores de agua para que las aves se mantengan hidratadas y, para alimentarlas, facilitarles el acceso a semillas como la chía. A la par, mantener un jardín con plantas y flores de diferentes tipos.