El pasado 24 de septiembre, un grupo de investigadores que se encontraba monitoreando las poblaciones de aves en Powdermill Nature Reserve, en Rector, Pensilvania, descubrió algo muy sorprendente: un picogrueso pechirrosa de colores muy llamativos. En una mitad de su cuerpo, las plumas eran rojo brillante como las de un picogrueso macho, y en la otra, el plumaje era amarillo canario como el del picogrueso hembra.
Al observar esta particularidad, los investigadores enseguida supieron que este pájaro cantor, cuyo tamaño es similar al de un petirrojo, era un ginandromorfo bilateral: un animal mitad macho y mitad hembra.
“No había dudas”, afirma Annie Lindsay, directora del programa de anillado de aves en Powdermill.
Además, comprobaron que el ala derecha era un poco más larga que la izquierda, una diferencia típica entre los machos y las hembras de esta especie.
Mientras que el ginandromorfismo simplemente significa que un animal tiene características tanto femeninas como masculinas, los ginandromorfos bilaterales son más raros porque esos rasgos se presentan separados en cada mitad del cuerpo; y los rasgos de sexo pueden manifestarse tanto en el exterior como en el interior del cuerpo. Por otra parte, el ginandromorfismo bilateral no es lo mismo que el hermafrodismo, que ocurre cuando un organismo tiene órganos reproductores masculinos y femeninos, pero por fuera, suele presentarse inequívocamente como hembra o macho.
Si bien el hermafrodismo es común en muchos animales, como las lombrices de tierra y los caracoles, el ginandromorfismo es raro y, en las aves, parece ocurrir cuando las células no se dividen adecuadamente en las primeras etapas del desarrollo.
El ala derecha del ave es más larga y tiene plumas oscuras, una característica típica de un picogrueso pechirrosa macho. Su ala izquierda es más pequeña y marrón, como el de toda hembra. Las plumas de la cola también tienen una mitad de cada color.FOTOGRAFÍA DE ANNIE LINDSAY
De hecho, según cuenta Lindsay, desde que Powdermill comenzó con los registros hace casi seis décadas, de las casi 800.000 aves capturadas, solo se han encontrado cinco posibles ginandromorfos. Y la única otra ave con ginandromorfismo bilateral que Lindsay ha visto durante los últimos 15 años también se trató de un picogrueso pechirrosa.
“Creo que ahora realmente caigo en la cuenta de lo raro que es esto. Me encantó ver la sorpresa de todos los demás, fue una gran alegría».
¿Uno en un millón?
«Ese pájaro es muy famoso», comenta Danny Bystrak, biólogo de vida silvestre del Laboratorio de Anillado de Aves del Centro de Investigación de Vida Silvestre Patuxent, en Maryland, una rama del Servicio Geológico de EE. UU. que funciona como base de datos central de las operaciones de anillado de aves en todo el país.
Teniendo en cuenta los registros de los últimos 15 años, las probabilidades de descubrir un ginandromorfo en una operación de anillado de aves serían «una en un millón», comentó Bystrak en un correo electrónico.
Pero es importante hacer una aclaración. Lindsay explica que no en todas las especies de aves, los machos y las hembras tienen un plumaje marcadamente diferente. Entonces, es probable que haya más ginandromorfos volando por ahí de lo que creemos.
También pueden obtenerse más datos de este fenómeno observando las colecciones de aves que hay en los museos. Stephen Rogers es encargado de la Sección de Aves del Museo Carnegie de Historia Natural, en Pittsburgh, Pensilvania, y ya ha preparado unas 16.000 aves para las colecciones del museo. Esto significa que ha trabajado en la disección y preservación de las aves, y ha registrado el aspecto físico (exterior e interior) de cada ejemplar, incluidos sus órganos reproductores.
Entre los más de 27.000 especímenes del museo, Rogers solamente encontró cuatro ginandromorfos, y tres de ellos pertenecían a especies cuyos machos y hembras no se diferencian en términos de color.
“La cifra de uno en un millón aplicaría solo a las aves que muestran diferencias bien evidentes como los cardenales, los picogruesos y otras aves similares», explica Rogers.
Si tienes en cuenta todos los ginandromorfos que no pueden observarse a simple vista, las probabilidades serían 146 en un millón.
Los misterios del ginandromorfismo
Cada vez que se descubre un ginandromorfo, enseguida se publica el fenómeno en todos lados, por ejemplo, el caso de un cardenal ginandromorfo bilateral descubierto en 2019 o la abeja con ojos de macho y cuerpo de hembra hallada a principios de este año. Sin embargo, explicar el fenómeno no es fácil.
Bystrak señala que no ha encontrado registros de la recaptura de ningún ginandromorfo en una operación de anillado, así que se desconoce, por ejemplo, si las diferencias de color persisten tras la muda.
Además, sigue siendo una incógnita qué futuro le espera al picogrueso. Las aves hembras, como los humanos, tienen dos ovarios, pero en el caso de los pájaros cantores, el único con función reproductiva es el izquierdo. Como el lado izquierdo del picogrueso tiene rasgos de hembra, Lindsay explica que el ave podría reproducirse, pero que también tendría que comportarse como una hembra a la hora de buscar pareja.
Realmente no se sabe mucho sobre el comportamiento de los ginandromorfos, pero en 2009 y 2010, en Illinois, un grupo de científicos avistó un cardenal del norte con ginandromorfismo bilateral y notó que llegaba a la edad adulta sin problemas. Sin embargo, el cardenal no parecía poder cantar o emitir vocalizaciones, y nunca se mostró con un compañero.
En definitiva, es posible que nunca sepamos qué sucederá con el picogrueso, esta ave migratoria. Lo soltaron el mismo día que lo atraparon, y hoy ya podría haber llegado a Sudamérica.