La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) envió inspectores al Golfo de Ulloa en Baja California Sur para levantar un acta administrativa e iniciar la investigación por el hallazgo de 150 lobos marinos sin vida en las playas de dicha región. El lobo marino (Zalophus californianus) es una especie “Sujeta a Protección Especial”, de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana 059.
El encuentro de los 150 cuerpos de lobos marinos sin vida ocurrió el pasado jueves 3 de septiembre, cuando un grupo de pescadores pasaban por Cabo San Lázaro, municipio de Comondú. En ese momento los cuerpos de los lobos ya estaban en un proceso de descomposición avanzado.
Sobre esta muerte masiva, quizá la más alta registrada en nuestro país, fue informada inmediatamente la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la Profepa. Un día después fueron enviados tres inspectores para realizar los peritajes correspondientes. Cabe señalar que en Cabo San Lázaro se encuentra un peñasco que funge como hábitat natural de los lobos marinos.
Hermetismo en el caso de los lobos marinos
Tras la toma de muestras para los laboratorios, los lobos fueron enterrados en el mismo lugar donde fueron encontrados por personal de la Red de Varamiento de Mamíferos Marinos de La Paz. Sin embargo, ni la Profepa ni la organización han emitido imágenes o hecho aclaración alguna sobre el asunto, manteniendo un silencio desconcertante. Medios de comunicación denuncian la falta de comunicación y contacto con las instituciones.
Inicialmente se especuló que los lobos marinos fallecieron a causa de la presencia de la proliferación de microalgas tóxicas en el mar, fenómeno que se denomina como marea roja. Sin embargo, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) no ha emitido ninguna alerta para la región hasta el momento. Por lo cual se piensa que las muertes pueden estar vinculadas a actividades pesqueras.
