La llegada de las fiestas de fin de año suele despertar sentimientos encontrados, hay quienes se emocionan ante la posibilidad de reencontrarse con personas con las que no se compartió mucho.
El cambio de 2022 a 2023, en concreto, se produce en un contexto en el que la prevalencia mundial de la ansiedad y la depresión aumentó un 25% en el primer año de la pandemia.
¿Qué es el síndrome de fin de curso?
Estos sentimientos se conocen como síndrome de fin de año, es decir, un estado en el que la tristeza, la insatisfacción y la presión por sentirse feliz aumentan.
Algunas personas ven el final del año con preocupación y añoranza por los objetivos no alcanzados, y el 31 de diciembre es la materialización de esta ansiedad en relación con los resultados pasados.
Aunque realmente no se produzcan cambios biológicos o sociales de importancia, la ocasión es un gran hito que provoca reflexiones sobre lo que pasó, lo que dejó de pasar, las promesas cumplidas o no, las pérdidas y las ganancias.
