La industria del reciclaje está cambiando rápidamente, al igual que los avances en el diseño de productos y en la ciencia de los materiales. El campo tiene una presencia mundial cada vez mayor y está afectado por fuerzas complejas, desde el precio del petróleo hasta políticas nacionales y preferencias del consumidor.
Tal como le dijo recientemente a National Geographic el inversor Rob Kaplan de Circulate Capital:
“No existe una solución milagrosa para detener la contaminación plástica. No podremos reciclar nuestra solución del problema y no podremos reducir nuestra solución del problema”.
Debemos perseguir ambas tendencias al mismo tiempo que buscamos nuevas soluciones, indicó Kaplan; por eso, su empresa está recaudando decenas de millones de dólares para invertir en nuevos esfuerzos para limpiar la basura en el mundo en desarrollo.
La mayoría de los expertos coinciden en que el reciclaje continúa siendo una manera primordial de reducir la basura y los desechos, y de recuperar materiales valiosos, al mismo tiempo que se reducen las emisiones de gas de efecto invernadero y se ahorran grandes cantidades de energía y de agua. A continuación, algunos otros aspectos que se deberán tener en cuenta:
Mito N.° 1
No necesito preocuparme por separar nada; puedo arrojar todo lo que quiero en un bote de basura de reciclaje y la ciudad lo clasificará.
Con el aumento de los sistemas de reciclaje “únicos” a fines de la década de 1990, la cantidad de personas que participaban en el reciclaje se disparó. Los consumidores de muchas áreas ya no tenían que clasificar su reciclaje por el tipo de material y, mucho menos, por el color del vidrio o la categoría numerada estampada en la parte inferior de los plásticos. Pudieron simplemente colocar todos sus reciclables en un contenedor.
Eso simplificó mucho las cosas para los consumidores. Pero también causó una gran cantidad de contaminación, tanto en términos de materiales dañados como en cosas no deseadas, que demora los trabajos. Los recicladores demasiado entusiastas, en su deseo por evitar los desechos, suelen arrojar todo en los cestos de basura de reciclaje ignorando las reglas publicadas, desde cáscaras de banana y marcos de madera de fotografías hasta teléfonos celulares averiados.
Como consecuencia, el Container Recycling Institute señala que, a pesar de que los sistemas únicos de reciclaje aumentaron la participación y redujeron los costos de recolección, suelen costar un promedio de tres dólares por tonelada más mantenerlos que los sistemas duales, en los cuales los productos de papel se recolectan separados de otros elementos. En particular, los fragmentos de plásticos y las esquirlas de vidrio roto pueden contaminar fácilmente el papel y, en consecuencia, causar problemas en las trituradoras de papel. Lo mismo ocurre con la grasa de los alimentos y otros químicos.
En la actualidad, alrededor de un cuarto de todo lo que los consumidores colocan en los cestos de basura de reciclaje en última instancia no puede ser reciclado por los programas que lo recolectan. Esto incluye artículos como desechos alimenticios, mangueras de goma, alambre, plásticos de grado bajo y muchos otros artículos que los residentes excesivamente optimistas desechan. Estos materiales desperdician el espacio y el combustible de transporte, obstruyen la maquinaria, contaminan materiales valiosos y representan peligros para los trabajadores.
En respuesta al problema, China, que absorbe una porción significativa del material de reciclaje recolectado en los Estados Unidos para su procesamiento, ahora solo aceptará envíos con un índice de contaminación de 0,5 por ciento o menos.
Por eso, independientemente de si tu comunidad sigue el sistema único de reciclaje, el sistema dual u otro, es importante seguir las normas locales para que el proceso siga funcionando sin problemas.
Mito N.°2
Los programas formales de reciclaje eliminan los puestos de trabajo de los clasificadores de basura; por eso, es mejor dejar que la basura quede donde cae, ya que aquellas personas que la necesiten la recogerán para su reutilización.
Este era una cantinela muy común cuando vivía en Manhattan, donde uno generalmente puede ver personas hurgando en los cestos de basura en busca de cualquier cosa que tenga un poco de valor. Pero esa no es la forma más eficiente de manejar la basura, y la realidad es una interacción de factores un poco más compleja, no una propuesta de dos opciones.
En todo el mundo, millones de personas que recolectan basura subsisten a duras penas gracias a ello. Suelen estar dentro de los ciudadanos más marginados y más humildes, aunque brindan valiosos servicios a la sociedad. Los selectores de basura reducen la basura y el riesgo consecuente para la salud pública, y realizan un aporte significativo a los esfuerzos de reciclaje.
En Brasil, donde el gobierno monitorea a los aproximadamente 230.000 selectores de basura de tiempo completo del país, los datos indican que han ayudado a aumentar las tasas de reciclaje a casi 92 por ciento en el caso del aluminio y 80 por ciento en el caso del cartón. (Compara esto con el 75 por ciento en el caso del aluminio y el 70 por ciento en el caso del cartón en los Estados Unidos).
En todo el mundo, los estudios indican que más de tres cuartos de dichos selectores de basura, en verdad, están vendiendo sus hallazgos a negocios establecidos dentro de la cadena de reciclaje. Por lo tanto, los selectores de basura informales suelen trabajar con empresas formales, en lugar de competir contra ellas.
Un ejemplo es A1 Electronic Recycling Center en el sur de Los Ángeles, donde el 90 por ciento del material canjeable que procesan es proporcionado por los recolectores de basura locales, muchos de ellos sin hogar, que reciben dinero por el material.
Anthony Collins, dueño de A1, le comentó a Huffington Post: “[Los selectores de basura] te mantienen a flote, te mantienen ocupado, mantienen a tus empleados trabajando”.
Muchos selectores de basura han estado organizándose, sindicalizándose y buscando el reconocimiento formal y la protección de sus gobiernos, en otras palabras, han estado buscando unirse a las cadenas de reciclaje establecidas, no debilitarlas. Eso es lo que sucedió en Buenos Aires, donde alrededor de 5000 personas, muchos antiguos selectores de basura informales ahora reciben un salario por la recolección de reciclables de la ciudad. En Copenhagen, la ciudad ha instalado botes de basura con una plataforma especial donde las personas pueden dejar botellas facilitándoles así a los selectores informales su recolección y entrega a los depósitos.
Mito N.° 3
Los productos elaborados de más de un tipo de material no pueden reciclarse.
Cuando comenzó por primera vez el reciclaje décadas atrás, la tecnología estaba más limitada de lo que está en la actualidad. Olvídate de intentar reciclar artículos complejos o aquellos elaborados de diferentes tipos de materiales, como cajas de jugo, caja de cartón de leche o juguetes.
Actualmente, más del 60 por ciento de los hogares estadounidenses tienen acceso al reciclaje de cartón, gracias al uso más amplio de las máquinas que pueden descomponer sus materiales constitutivos. Gracias en parte a la demanda de los consumidores, los fabricantes de productos han estado trabajando de manera constante en elaborar envases que sean más fáciles de reciclar. Si te encuentras obstaculizado por un artículo en particular, ponte en contacto con el fabricante para exponer tus argumentos.
Siempre es una idea inteligente verificar las últimas normas de tu proveedor de reciclaje, pero muchos consumidores ya no deben separar las ventanas de plástico de los sobres ni quitar las grapas de los documentos. Los equipos de reciclaje ahora suelen estar equipados con elementos de calor que funden los adhesivos o con imanes para quitar partes de metal.
Una mayor cantidad de empresas de reciclado incluso pueden ocuparse de plásticos “menos deseables”, como bolsas de tiendas de comestibles o artículos elaborados de una combinación de resinas o resinas desconocidas, como las que pueden encontrarse en muchos juguetes y artículos del hogar. Esto no significa que puedes arrojar cualquier cosa que quieras en un cesto de basura de reciclaje (ver Mito N.° 1 arriba), sino que significa que ahora pueden reciclarse un rango más amplio de productos.
Mito N.° 4
Si, de todos modos, todo puede reciclarse únicamente una vez, ¿cuál es el punto?
De hecho, muchos artículos comunes pueden reciclarse una y otra vez, y generar ahorros significativos de energía y recursos naturales (ver Mito N.° 5 a continuación).
Vidrios y metales, lo que incluye al aluminio, pueden reciclarse con eficacia de manera indefinida, sin perder su calidad. De hecho, las latas de aluminio han demostrado sistemáticamente ser los productos básicos más reciclados y continúan teniendo una gran demanda.
Es verdad que cada vez que se recicla el papel, las pequeñas fibras que lo componen se dañan un poco más. Sin embargo, la calidad del papel elaborado a partir de contenido reciclado ha mejorado radicalmente en los últimos cinco años. El papel de impresión virgen promedio actualmente puede reciclarse de cinco a siete veces antes de que las fibras se degraden demasiado y dejen de ser útiles como papel nuevo. Después de eso, aún pueden convertirse en materiales de papel de menor grado, como cajas de cartón de huevos o encartes de envases.
En general, el plástico puede reciclarse una o dos veces en un nuevo producto de plástico. A veces, se convertirá en algo que no es necesario que contenga comida o cumpla con requisitos rigurosos de resistencia, como artículos livianos para el hogar. Es por eso que los polímeros se rompen en el proceso de reciclaje. Sin embargo, los ingenieros están siempre buscando nuevos usos posteriores, como elaborar “maderas” plásticas multiuso para plataformas o bancos, o mezclar plásticos con asfalto para obtener materiales de carretera más duraderos.
Mito N.° 5
Reciclar es, en el mejor de los casos, una gran extralimitación de los gobiernos o, en el peor de los casos, un fraude. De cualquier manera, no tiene beneficios reales para el planeta.
Dado que muchas personas no saben lo que pasa con sus reciclados después de que los ponen en el contenedor, quizás no sorprende el escepticismo. Informes periodísticos ocasionales advierten que los recolectores de residuos arrojan pilas cuidadosamente clasificadas en basurales, las personas suelen condenar el combustible utilizado por los camiones de reciclaje y los críticos debaten las ventajas de usar los fondos públicos para iniciar programas de reciclaje privado o para financiarlos.
Pero, según la Agencia de Protección Ambiental, los beneficios del reciclaje para el planeta son claros. Reciclar latas de aluminio ahorra el 95 por ciento de la energía necesaria para fabricar nuevas latas con materias primas.
Reciclar latas de hojalata y acero ahorra entre el 60 y el 74 por ciento; reciclar papel ahorra alrededor del 60 por ciento; y reciclar plástico y vidrio ahorra, aproximadamente, un tercio de la energía en comparación con fabricar estos productos a partir de materiales vírgenes. De hecho, la energía ahorrada mediante el reciclaje de una botella de vidrio permitirá el funcionamiento de una bombilla de 100 watts durante cuatro horas.
Reciclar ayuda a reducir la basura, lo cual se sabe que disemina enfermedades, como infecciones bacterianas o micóticas. Y crea puestos de trabajo: alrededor de 1,25 millones en los Estados Unidos solamente.
A pesar de que los críticos han argumentado que el reciclaje puede llevar al público a una falsa sensación de seguridad al resolver todos los problemas ambientales del mundo, la mayoría de los expertos sostiene que es una herramienta valiosa en la lucha contra el cambio climático, la contaminación y otros problemas importantes que enfrenta actualmente nuestro planeta.
Y, en muchas áreas, el reciclaje no es solo un programa gubernamental, sino una industria dinámica con competencia e innovación constante, desde sistemas de recolección de máquinas expendedoras hasta nuevos incentivos ingeniosos para los consumidores y las empresas. En muchos casos, el reciclaje puede ser, de hecho, un beneficio financiero positivo neto.