Aire

Un estudio descubre que los vientos pueden transportar bacterias de un continente a otro

El aire sirve como ‘vehículo’ de transporte a multitud de partículas, desde polvo sahariano hasta insectos, como ocurrió en Canarias durante un episodio de fuertes vientos el año pasado, que arrastró desde África la mariposa del desierto. Ahora, un nuevo estudio ha descubierto que a grandes distancias, incluso a través del Atlántico a cientos de kilómetros, los microorganismos como bacterias pueden viajar de un continente a otro si las condiciones meteorológicas son favorables.

La nueva investigación, titulada ‘Las condiciones meteorológicas locales, la forma y la desecación influyen en la capacidad de dispersión de los microorganismos en el aire’, se publica en la revista ‘Science’.  

La Asociación Meteorológica Española (AME), que ha participado en el estudio junto con expertos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), ha resumido los aspectos más importantes del estudio en nota de prensa. “Los modelos físicos indican que las partículas pueden mantenerse en el aire durante periodos de tiempo largos solamente si son muy pequeñas (por debajo de una milésima de milímetro). Las partículas más grandes, en cambio, sedimentan tras unas horas o días en el aire”, publica.

“Aunque las bacterias más comunes están en ese rango de tamaño, la mayor parte de los organismos o sus propágulos son más grandes y no podrían alcanzar distancias relativamente largas. Sin embargo, los nuevos resultados demuestran que, con una perspectiva multidisciplinar uniendo la física, la meteorología, las matemáticas y la biología, se puede explicar una dispersión de organismos mucho mayores a largas distancias”.

¿Puede una bacteria viajar de un continente a otro?

Los modelos tienden a representar las partículas como esferas, sin embargo la mayoría de microorganismos no son esféricos, sino más bien alargados. Esto es importante porque significa que muchos no podrían alcanzar distancias relevantes.

“No obstante, cuando esos organismos alargados se convierten matemáticamente en esferas, su tamaño disminuye enormemente y organismos mucho más grandes pueden viajar largas distancias”, dicen desde la AME.

Imagen recomendador

“Si, además, tenemos en cuenta que la mayor parte de los microorganismos se pueden desecar alcanzando la humedad relativa del aire que les rodea, y que el aire puede tener humedades relativas muy bajas, las partículas vivas pueden disminuir su densidad hasta el 90 %. Esto les permite viajar distancias aún mayores”.

A través de la toma de muestras, que en este caso se ha hecho en los tejados de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), se ha descubierto que las bacterias en su mayoría medían entre 0,001 y 0,01 mm de diámetro, como se esperaba, sin embargo las había más grandes. “Al estudiar el origen de las masas de aire utilizando sistemas de modelización atmosférica, descubrimos que en algunas ocasiones estas masas de aire podían proceder de lugares tan lejanos como Canadá”, dice la AME.

photo-1600534769733-543e68908c11

Los hallazgos de la nueva investigación reescriben en cierto modo la manera de entender la microbiología del mundo. En los polos aparecen bacterias de ciudades lejanas que se mezclan con las ‘autóctonas’, por ejemplo, lo cual se explica por el transporte de partículas que ejercen los vientos.

«Por otro lado, nuestros resultados pueden tener implicaciones en la movilidad de patógenos que causan enfermedades tanto en la agricultura, la ganadería o lo seres humanos», dicen, por un lado. Y continúan desde AME: «En cualquier caso, que organismos de diferentes tamaños se puedan transportar a grandes distancias no implica que alcancen su destino vivos y con capacidad de reproducirse», concluyen desde AME.

También puede gustarte...