Algunas ranas poseen de los ojos más grandes que podemos encontrar de entre todos los vertebrados, en relación con el tamaño de su cuerpo, lo que es una inversión evolutiva significativa que ha desconcertado a los zoólogos desde siempre. Ahora, un equipo de científicos ha descubierto que el tamaño de los ojos de estos animales parece escalar dependiendo de su entorno.
Las ranas son un grupo diverso de animales que viven en todos los continentes, excepto en la Antártida, en una amplia gama de hábitats, desde la cima de las copas de los árboles hasta el fondo de ríos y lagos. Se han adaptado para vivir en la mayoría de los entornos terrestres y de agua dulce, de ahí que sean tan numerosas y estén tan extendidas.
Pero, ¿qué hay de sus enormes ojos?
La vista, es una herramienta o sentido bastante costoso en términos biológicos porque requiere mucha energía para funcionar, lo que explica por qué los animales que viven en ambientes oscuros como pueden ser las cuevas suelen evolucionar a ojos más pequeños e insignificantes. Eso significa que las ranas de ojos grandes claramente necesitan todo lo contrario: una enorme capacidad para ver contrastes en los colores, la luz, detalles..
Este estudio demostró de qué forma los ojos de las ranas están estrechamente vinculados a los hábitats en los que viven. Así, las ranas arborícolas tienen unos ojos enormes en comparación con el tamaño corporal de los vertebrados, mientras que las ranas de las cavernas poseen ojos diminutos. El trabajo, publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B, revela que el hábitat de una rana dicta el tamaño de sus ojos, lo que explica la diferencia tan sustancial de tamaño.
Los investigadores del Museo de Historia Natural de Londres examinaron especímenes de ranas frescos y conservados de 220 especies de anuros que representan las 55 familias actualmente reconocidas de ranas. Midieron la longitud del cuerpo de las ranas, el tamaño de la córnea y el tamaño total de los ojos para ver cómo cambiaban las proporciones entre especies.
«Queríamos saber cómo evolucionó el tamaño de los ojos en las ranas y si eso está relacionado con su forma de vida», explica Katie Thomas, líder del trabajo. «Esto es importante, porque ópticamente, si tienes un ojo más grande, puedes tener una mejor visión, pero hay un equilibrio entre ver el contraste y ver los detalles espaciales. Estos dos aspectos están luchando entre sí, porque a menudo para mejorar uno hay que sacrificar el otro».
Cada entorno en el que vive una especie de rana exige algo diferente a su vista
Así cuanto más oscuro y lóbrego es el entorno, más pequeños son sus ojos, lo que sucede tanto en cuevas como en anfibios que llevan una vida completamente acuática; y, por contra, las ranas que viven presentan los ojos de mayor tamaño. Ojos tan grandes como los que cuentan las ranas arborícolas son así porque necesitan captar muchos detalles y notar los cambios en la disposición del terreno rápidamente para evitar la depredación. También necesitan encontrar comida, refugio y a sus otros compañeros.
«Los hábitos de apareamiento, el hábitat y el patrón de actividad tuvieron efectos significativos en el tamaño de los ojos, pero la mayor diferencia se dio entre los hábitats», argumenta Katie. «Lo principal que encontramos fue que las especies de las cuevas tienen los ojos más pequeños, algo que no es inesperado, pero también los tienen así las que son completamente acuáticas».
No se trata de que por tener ojos más grandes vean mejor en comparación con los seres humanos, sino que están sacrificando más “presupuesto energético” que nosotros para la visión. Qué precio están pagando exactamente, lo desconocemos por el momento.
Los animales que se mueven hacia un mundo subterráneo tienden a ver reducido el tamaño de sus ojos. Esta tendencia se observa en la mayoría de los grupos principales de vertebrados, incluidos mamíferos, peces, lagartos y serpientes.