El oso polar, que es uno de los símbolos más importantes de una de las épocas más queridas en el año, corre un gran riesgo de desaparecer. El aumento de la temperatura en el mundo ha sido especialmente agresivo en las regiones polares.
Según Ladera Sur, en los polos de la Tierra se han registrado temperaturas que han alcanzando los 40 °C por encima de las temperaturas en algunas partes de la Antártica y de 30°C en algunas áreas del Ártico.
Ese fenómeno ha hecho que en los últimos años la muerte de los osos polares acelerarse y que diversos especímenes sean vistos vagando entre las aldeas. Eso último con el objetivo de buscar comida porque el incremento de la temperatura evita que hallen focas con las que alimentarse.
Debido a la continua pérdida de su hábitat, el oso polar fue considerada como una de las especies amenazadas en los Estados Unidos, según la Ley de Especies en Peligro de Extinción, en 2008.
El oso polar es el ‘canario’ del ártico
Así como los canarios son llevados por los mineros para medir el nivel de oxígeno en sus labores, esos mamíferos le ayudan a los científicos a medir el nivel de calentamiento global.
El oso polar es un animal carnívoro que se alimenta generalmente de focas. Eso, a pesar de sonar cruel, permite a la naturaleza conservar un equilibrio debido a que esos mamíferos se encuentran en la parte superior de la cadena alimenticia.
Pero uno de los puntos más importantes de su existencia es que le ayudan a la humanidad a medir las condiciones climáticas de su entorno. Ya que el ártico funciona como un tipo de laboratorio terrestre en el cual se muestran más rápidamente las consecuencias del cambio climático.
El cambio climático genera en el círculo polar la muerte de fitoplancton, que es uno de los principales alimentos de los peces que son devorados por otras criaturas. La cadena sigue, hasta encontrar a los osos polares, por lo tanto, si ellos mueren, la humanidad está condenada a sufrir las consecuencias de la contaminación.
