Agua

Maximiliano Bello, el guardián de los océanos, cuestiona el consumo de salmón como una cuestión de marketing

El diario El País ha publicado una entrevista en la que el experto en políticas oceánicas internacionales Maximiliano Bello habla sobre la industria de la salmonicultura y su impacto en la Patagonia.

Bello, asesor ejecutivo de Mission Blue, una organización que insta a proteger la vida marina, urgió a elevar los estándares de producción, exportación y fiscalización por parte del Estado a la industria de la salmonicultura, que considera la principal amenaza para la Patagonia.

Bello explicó que, en Chile, donde no hay salmones nativos, en una jaula de cultivo para 50 salmones pueden meter el doble para producir más rápido y a mayor volumen.

En el hacinamiento, los peces se estresan y su sistema inmune disminuye, lo que acaba por enfermarlos, y para evitarlo, las salmoneras los alimentan con antibióticos preventivos.

Bello aboga por cambiar el modelo hacia el noruego, con mayores regulaciones, producción de un salmón más caro y menor cantidad. Bello considera que el mercado debe entender que el salmón es un artículo de lujo que tiene un costo no solo en términos monetarios, sino también ambientales.

También se refiere al impacto en otras especies marinas como el krill, las anchovetas y las sardinas. Bello reflexiona si es necesario consumir salmón y considera que es una cuestión de marketing, no de seguridad alimentaria.

La salmonicultura en Chile ofrece 70 mil 000 puestos de trabajo, y Bello asegura que no quiere dejar a la gente sin trabajo, pero hay que buscar conjuntamente soluciones para poner ese valor tan alto en otras actividades que permitan reemplazar a la salmonicultura, como el conocimiento ancestral de las comunidades sobre los bosques de algas patagónicos.

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