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¿Los rayos y truenos son peligrosos?

Qué son los rayos y los truenos

Los rayos son descargas eléctricas naturales que tienen lugar en el cielo como consecuencia de la acumulación de la electricidad estática durante una tormenta. De este modo, se trata de uno de los fenómenos meteorológicos naturales. Sin embargo, debido a que se trata de descargas eléctricas muy potentes, cuando en lugar de desplazarse en el cielo terminan impactando en la superficie del suelo, los rayos pueden llegar a causar daños considerables. Estos daños pueden ir desde la destrucción de elementos arquitectónicos o la generación de incendios a causar daños de tipo personal o animal, llegando incluso a causar la muerte cuando se sufre el impacto directo de un rayo.

Por otro lado, cuando hablamos de los truenos, nos estamos refiriendo al sonido producido por el rayo al desplazarse. Cuando la electricidad en forma de plasma que conforma el rayo se mueve (ya sea en el cielo o al impactar contra la superficie) desplaza el aire que está a su alrededor a gran velocidad y hace que se produzca un sonido brusco y agresivo, que es lo que denominados trueno. De esta manera, un rayo y un trueno siempre se dan a la vez, ya que el rayo es el que produce el trueno. No obstante, aunque el rayo sea peligroso, el trueno es completamente inofensivo, ya que se trata meramente de un sonido muy intenso que, lo único que puede hacer, es asustar a personas y animales.

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¿Son peligrosos los rayos y los truenos?

Como hemos visto, como solo son sonido, los truenos no son peligrosos más allá del susto, el miedo o, incluso, la ansiedad que pueden generar a personas y animales. En cambio, los rayos sí que son peligrosos cuando impactan directamente con la superficie si nos encuentra en su camino. Hay que tener en cuenta que existen ciertos elementos que hay que tener muy presentes cuando un rayo impacta en el suelo, y que serán directamente proporcionales al daño que puede causar.

En primer lugar el tipo de impacto de un rayo, no será lo mismo un impacto directo que uno indirecto. Es decir, no será lo mismo que un rayo impacte directamente contra una persona que esté bajo la lluvia a que lo haga a pocos metros de donde se encuentra. En este segundo caso, el rayo causará daños a la persona, pero será más probable que sean daños derivados de la onda expansiva que de la electrocución propiamente dicha.

Así mismo, otro de los factores que habrá que tener en cuenta es si existen elementos aislantes eléctricos que eviten que el rayo llegue a tomar tierra. En este sentido, si por ejemplo nos alcanzase un rayo dentro de un coche, debido a que el caucho de los neumáticos no transmite la electricidad, los daños causados serían considerablemente menores que si estuviéramos situados en una estructura que sí que lo transmitiera, como por ejemplo un puente metálico o bajo un árbol.

Por otro lado, también hay que tener en cuenta que, en la mayoría de las zonas urbanas, los edificios cuentan con pararrayos. Los pararrayos son estructuras similares a las antenas que lo que hacen es atraer los rayos hacia ellos para descargarlos en una toma de tierra segura. Es decir, dirigen el rayo desde el cielo hasta el suelo para evitar que cause daños. De este modo, en un entorno urbano, es bastante complicado que los rayos puedan causar daños considerables, ya que son espacios bastante seguros gracias a la presencia de los pararrayos y las tomas de tierra en la mayoría de los edificios, especialmente en los más elevados.

Cómo protegerse de los rayos en las zonas rurales

Por el contrario, en aquellos lugares en los que no haya presencia de pararrayos, o que al menos su cantidad no sea muy elevada, sí que es cierto que los rayos de las tormentas eléctricas pueden suponer un riesgo para nuestra seguridad. No obstante, esto no significa que haya que ser alarmistas, pero sí tomar ciertas medidas de precaución ante los rayos que nos ayudarán a estar más seguros y dificultarán que podamos ser el blanco de estas descargas eléctricas.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta si estamos en una tormenta es buscar un refugio seguro, es decir, bajo techo. Esto se refiere a meternos en algún refugio, ya sea un edificio o un coche, que nos proteja de la tormenta y de los rayos. Por el contrario, es muy importante que evitemos refugiarnos debajo de los árboles, especialmente si se trata de árboles solitarios. Los árboles, al ser los puntos más elevados en los espacios campestres, actúan de forma similar a los pararrayos, lo que hace que sean un blanco fácil para que los rayos impacten en ellos, y en nosotros si nos resguardamos cerca de su tronco.

En segundo lugar, también es muy importante que evitemos actuar nosotros mismos como pararrayos. Hay ciertos objetos que pueden atraer los rayos, especialmente los metálicos y alargados. Un buen ejemplo serían los piolet o piquetas que se usan en montañismo y senderismo para ayudarnos en el camino. En estos casos, lo mejor será guardarlos para que no puedan atraer los rayos y, sobre todo, no colocarlos de forma puntiaguda y que sobresalgan de la mochila. Lo mismo vale para cualquier otro objeto de características similares, como por ejemplo los famosos «palos selfie».

Otro elemento que tenemos que tener en cuenta es evitar el uso de aparatos eléctricos puesto que pueden atraer los rayos. En este sentido, tanto los teléfonos móviles como los relojes con conexión a Internet deberían permanecer desconectados durante el tiempo que dure la tormenta para evitar la posibilidad de atraer los rayos.

Además, también es importante evitar correr en campo abierto. Si nos desplazamos a más velocidad será más fácil ser la diana de los rayos que impacten en la superficie. En el caso de estar en zonas rurales o de campo durante una tormenta, lo mejor será buscar refugio cuanto antes y, en caso de no encontrarlo, permanecer tumbado o a ras de suelo hasta que pase la tormenta.

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