Lanzar conchas y pegar con sus tentáculos son sólo algunas de las formas en que las pulpos hembra se defienden de los machos violentos.
Este comportamiento sólo se había observado en ciertos primates. Además de los seres humanos, únicamente las chimpancés hembras parecían defenderse de sus pares masculinos con agresiones. Sin embargo, las costas de Australia vinieron a expandir el panorama de animales hembra defendiéndose de machos. En esta ocasión, por debajo de las olas se observó a pulpos hembra lanzando conchas intencionalmente a los machos que las molestan.
En la línea de golpeo
Las pulpos hembra arrojando cosas a los machos que las agredían fueron captadas en las costas de Australia. Con conchas y limo entre los tentáculos, se dirigían intencionalmente a ellos. Después de golpearlos, les lanzaban estos y otros objetos que se encontraban a su paso para defenderse de sus ataques.
La actividad se filmó en Octopolis, una reserva natural australiana administrada por la Universidad de Syndey. Es uno de los pocos lugares en el fondo del mar, según la cobertura de New Scientist, en el que la especie puede hacer madrigueras en la arena. Además, de acuerdo con el biólogo marino Peter Godfrey-Smith, hay un «número inusual de animales en un área pequeña».
Por esta razón, fue sencillo capturar las peleas en cámara. No sólo eso: sus rituales de cortejo, apareamiento y demás comportamientos que tienen en la naturaleza, más allá de la mirada científica. Entre ellos, se encuentra las tácticas de contraataque de las pulpos hembra: inclinan sus sifones y disparan un chorro de agua, a manera de proyectiles, impulsando los objetos con fuerza hasta su objetivo. Casi nunca fallan.
Golpes certeros e intencionados
«Es difícil saber cuál es la mejor manera de describirlo», dice Godfrey-Smith con respecto a estos mecanismos de defensa nunca antes documentados. Después de una observación constante, con el apoyo de un equipo de científicos de la misma universidad, se publicó un reporte del comportamiento en la revista BioRxiv.
Lo más sorprendente es que las pulpos hembra no se limitan a sus pares masculinos. Por el contrario, también arrojan objetos marinos a las personas, cuando se sienten amenazadas. Aunque han habido críticas al estudio, señalando que no existe evidencia suficiente para concluir que sea una conducta deliberada, Godfrey-Smith está seguro de su descubrimiento.
Para el experto, observar a una hembra golpear en 5 ocasiones al mismo macho —después de lanzarle 10 veces limo— es suficiente prueba de que no sólo son ataques intencionales, sino que son defensivos. Además, casi siempre utilizó sus tentáculos delanteros, lo que indica que tenía un objetivo claro frente a sí —al que nunca falló, por cierto.