Una red de canto compartido une a diferentes grupos de ballenas jorobadas, que se desplazan a través del Pacífico en busca de comida y descanso.
Las ballenas jorobadas son animales muy sociales. Tanto así, que se transmiten conocimiento único de generación en generación. Todo a través del canto. De hecho, son capaces de identificar a sus familiares por medio de sonidos específicos, según se ha observado desde la costa de Australia hasta la Polinesia Francesa.
Un estudio publicado recientemente en Royal Society Open Science demostró que, incluso en las zonas de reproducción cercanas al Ecuador, las ballenas jorobadas comparten un canto común. Cada grupo tiene un ‘coro’ específico, con el que saben diferenciar cuáles pueden ser sus mejores parejas en la temporada de apareamiento. Sin embargo, la canción es muy parecida.
Así funciona.
Melodías tan complejas como piezas de jazz
Los investigadores notaron un comportamiento repetido entre las ballenas jorobadas. El canto de apareamiento es tan complejo, sin embargo, que puede ser equiparable a piezas de jazz. Y lo que es más: «cada población tiene un coro de vocalizaciones ligeramente diferente que unen de manera única», según reporta Science Alert.
A estas frases se les denomina como ‘temas’, y cada ballena tiene varias en una misma canción. Los investigadores registraron cómo, de vez en cuando, estas piezas experimentan una ‘revolución’, según la describen en el estudio. Llega un momento en el que todos los fragmentos que cantan los machos son reemplazados por otros, completamente nuevos.
Aunque todavía no está claro por qué sucede esto, los autores del estudio han observado que esos ligeros cambios tienen efectos poderosos para atraer nuevas parejas. Lo verdaderamente impresionante es que poblaciones completamente diferentes de ballenas jorobadas comparten exactamente los mismos cantos entre sí, aunque las separen miles de kilómetros.
Una revolución musical submarina
Este comportamiento se registró a lo largo de tres años. Entre 2016 y 2018, los investigadores lograron rastrear esta ‘revolución musical’ submarina. Se originó en la Polinesia Francesa y, años después, se repitió en América del Sur. Lo único que conectaba a ambas poblaciones era el Océano Pacífico.
Al respecto, los investigadores sugieren que esta transmisión de conocimiento sólo es posible por medio de las canciones, que las ballenas jorobadas aprenden de generación en generación:
«ESTE ESTUDIO DEMUESTRA QUE LAS CANCIONES IDENTIFICADAS POR PRIMERA VEZ EN LAS POBLACIONES OCCIDENTALES PUEDEN TRANSMITIRSE A TRAVÉS DE TODO EL PACÍFICO SUR, LO QUE RESPALDA EL POTENCIAL DE UNA TRANSMISIÓN CULTURAL DE CANCIONES EN EL HEMISFERIO SUR CIRCUMPOLAR Y UNA CULTURA VOCAL RIVALIZADA EN SU EXTENSIÓN SOLO POR LA NUESTRA», ESCRIBEN LOS INVESTIGADORES.
Por la distancia considerable que separó a ambas poblaciones, los científicos sugieren que es posible que grupos emparentados de ballenas jorobadas logren viajes enteros de circunnavegación. Aprenden la ruta por medio del canto, identificando a otros miembros de sus grupos por los fragmentos de canciones compartidas.
Los investigadores piensan que las ballenas aumentan el volumen de su canto cuando se desplazan para comer o alcanzar sus espacios de descanso. Específicamente, cuando migran a través del Pacífico. Por ello, concluyen los autores, «El estudio de la cultura del canto de las ballenas jorobadas […] que arroja luz sobre los mecanismos subyacentes del aprendizaje social y la evolución cultural en animales«.