El astronauta se detuvo un momento a contemplar la Tierra desde el espacio y quedó deslumbrado. Literalmente. Nunca antes había visto algo igual: “ríos de oro” que parecían correr a lo largo de varios kilómetros en la Amazonía peruana.
Tras superar su sorpresa, fue a buscar su cámara y tomó la impactante fotografía a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS). En concreto, lo que se divisa son las canteras de oro en la región de Madre de Dios.
Normalmente están ocultos detrás de las nubes. Pero la combinación de un cielo despejado con los rayos del Sol impactando de lleno hizo que el resplandor del oro se viera desde el espacio.
Lo que se ve a un costado de las canteras, a la izquierda de la imagen, son los múltiples canales del río Inambari, en cuyo cauce hay mucho oro que es explotado por mineros autónomos. El tramo que se ve tiene 15 kilómetros de largo.
El río y las canteras atraviesan la frondosa selva amazónica, amenazada por la creciente deforestación, precisamente, en busca de oro. Los mineros, que actúan sin autorización en muchos casos, talan los árboles y remueven la vegetación para luego excavar los pozos donde saben que se esconde el precioso mineral.
Perú es el sexto productor mundial de oro, y Madre de Dios alberga una de las mayores industrias mineras independientes del mundo. A la preocupación por la deforestación se suma la contaminación por el mercurio utilizado en el proceso de extracción del oro.
La deforestación de la Amazonía peruana no se ha detenido durante la pandemia de la COVID-19, ni siquiera con la prolongada cuarentena que ha vivido Perú. Son los mineros ilegales de oro y una colonia de menonitas los que protagonizan los casos más alarmantes de depredación del bosque en este tiempo.
Así lo advirtió en agosto del año pasado el último reporte sobre deforestación del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP, por su sigla en inglés) donde ubicó las principales áreas deforestadas de la selva amazónica peruana desde inicios del año 2020 gracias a imágenes por satélite como las que obtuvo ahora el astronauta desde la ISS.
El caso más significativo está en el caserío de Tierra Blanca, de la región de Loreto, la más extensa de Perú, donde un grupo de menonitas ha talado 332 hectáreas entre enero y agosto para abrir una nueva colonia y practicar agricultura extensiva. En total son 1.700 hectáreas deforestadas por los menonitas de Tierra Blanca desde el año 2017 y 2.500 si se suma el otro núcleo menonita existente en Perú, que se encuentra en la vecina región de Ucayali.
Por su parte, la minería aurífera ilegal ha encontrado en el río Pariamanu, de la región sureña de Madre de Dios, un nuevo escondite para remover el lecho fluvial y el subsuelo selvático en busca de algunos gramos de oro. Desde enero, los mineros han depredado en esta zona 26 hectáreas de bosque, a un ritmo de 3,25 hectáreas por mes, cerca de la comunidad nativa de indígenas amahuacas llamada Boca Pariamanu.
Lo mismo ha ocurrido en la vecina región de Puno, donde en la zona conocida como Araza han arrasado con 46 hectáreas en el mismo tiempo, a un promedio de 5,75 por mes. Estas zonas se han vuelto los nuevos puntos calientes de la minería ilegal después de que, desde el año pasado, las fuerzas armadas y la Policía Nacional de Perú tomaran en Madre de Dios control sobre La Pampa, el mayor centro de minería ilegal del Amazonas, donde se habían depredado unas 8.000 hectáreas de selva.