La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) ha advertido de que es imposible, con la tecnología existente en la actualidad, impedir el impacto de un asteroide en la superficie terrestre ni siquiera sabiendo que va a producirse hasta seis meses antes.
Este aviso se ha producido tras una simulación realizada por nueve científicos de la Agencia Espacial en la séptima edición de la Conferencia de Defensa Planetaria de la Academia Internacional de Astronáutica. A este supuesto, el magnate fundador de Tesla y SpaceX, Elon Musk, ha insistido en la importancia de “tener cohetes más grandes y avanzados”.
Aumentar el tamaño de las naves podría permitir, según el informe de la NASA, desviar el asteroide de su trayectoria para evitar el impacto. Este es el motivo por lo que los cohetes deberían ser grandes y potentes para enviar el dispositivo nuclear más potente, aunque ni siquiera eso sería garantía de éxito. Solo en el 64% de los casos simulados se ha podido reducir la probabilidad de impacto, por lo que en ningún caso se eliminaría por completo.
Así fue la simulación
La simulación plantea que el día 20 de abril de 2021 se había descubierto un objeto de un tamaño comprendido entre los 35 y los 700 metros que caería en la Tierra el 20 de octubre de 2021, más concretamente en el centro de Europa. Según los pronósticos matemáticos, el impacto destruiría desde Dinamarca hasta Grecia, eliminando por completo Alemania y afectando a países como Francia, Finlandia, Suecia, Noruega, Polonia o Rusia, entre otros.
“Con esta simulación pretendemos revelar quiénes son los agentes clave en caso de que ocurra algo así, quién necesita tener la información y en qué momento precisa de ella”, ha explicado el oficial para la defensa planetaria de la NASA, Lindley Johnson.
Ante el inevitable impacto, las políticas tendrían que ir dirigidas hacia la evacuación de grandes masas de población.
Misiones de prevención
La simulación de la Conferencia de Defensa Planetaria ha demostrado que el riesgo de impacto de un asteroide es real y que, en caso de producirse, afectaría de forma decisiva a la evolución de la vida humana en la Tierra. Por ello, se hace cada vez necesario que las agencias espaciales y las autoridades contemplen planes de prevención ante sucesos tan extraordinarios como este.
De hecho, la NASA lanzará al espacio la misión DART a finales de año con el objetivo de interceptar el asteroide Dimorphos en otoño de 2022 y, de esta manera, valorar cómo se pueden modificar las órbitas de estos objetos espaciales.