La biodiversidad del suelo puede ser una solución natural a muchos de los retos que afronta la Humanidad, desde la producción de alimentos hasta el almacenamiento del agua, pasando por la fijación del carbono o la obtención de medicinas, señaló la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Biodiversidad del suelo al servicio de la alimentación
Dependemos del suelo para producir los alimentos, y hoy más que nunca hay mucha presión para que produzcamos alimentos que tengan todos los nutrientes y sean inocuos (libres de contaminantes y patógenos), y ahí la biodiversidad del suelo juega un papel fundamental, porque nos ayuda en el control de plagas y enfermedades, contó el experto.
El informe recoge algunas de las actividades que han contribuido a la degradación y contaminación de los ecosistemas del suelo, entre ellas la labranza con maquinaria o los monocultivos.
Contra este deterioro, promueve no solo el paso a cultivos rotatorios o evitar la labranza, sino un aprovechamiento de los propios organismos de los suelos para fertilizarlos, evitando la creación de fertilizante sintético cuya producción es, además, contaminante.
Beneficios para la salud
“En nuestro cuerpo también tenemos microorganismos y es importante ver su relación con los que existen en el suelo a través de la ingesta de alimentos” ya que tienen una conexión directa, apuntó Vargas.
La actividad de los suelos puede tener efectos, por ejemplo, en los antioxidantes de algunos alimentos, que estimulan después el sistema inmune y asisten a la regulación de hormonas.
La calidad del suelo garantiza también la diversidad de sus organismos, útiles para elaborar vacunas y medicinas. Por ello, el informe resalta lo necesaria que es su biodiversidad en una época en la que las resistencias a los medicamentos son una de las amenazas más preocupantes de cara al futuro.
Unas resistencias que llegan al propio suelo a través de los antibióticos que se utilizan en la ganadería y agricultura, y que pueden afectar a los organismos que lo habitan.
Aliados o enemigos en la lucha contra el cambio climático
Los ecosistemas producen cerca del 12 % de las emisiones mundiales de gases efecto invernadero, y entre ellos los suelos generan hasta un 38 % de ellas.
Por ello, su aprovechamiento puede hacer de los organismos que lo habitan potenciales aliados o enemigos en la lucha contra el cambio climático.
“El suelo es la reserva más grande terrestre de carbono. Si seguimos prácticas agrícolas insostenibles, emitimos el carbono que ya existe en el suelo, y es grande”, explica Vargas.
Un aprovechamiento sostenible, sin embargo, permitiría aumentar el nivel de carbono de los suelos, lo que supondrá una mejora de su salud, un aumento del rendimiento de los cultivos o una mayor capacidad de infiltración del agua.
“Biorremediación” de ecosistemas
La restauración de ecosistemas es una tarea necesaria en la actualidad, insiste el experto, pero “no solo se trata de reforestar, hay que usar la biodiversidad del suelo porque nos puede ayudar mucho más”.
Según el informe, un ejemplo de esto sería el de las bacterias y hongos del suelo, que pueden llegar a eliminar los hidrocarburos del petróleo presentes a causa de un vertido en hasta un 85 %.
Esto es lo que se denomina “biorremediación”, a través de la cual dichos organismos pueden transformar sustancias tóxicas presentes en el suelo en formas benignas.
Según el informe, el aprovechamiento de los organismos de los suelos en todos estos ámbitos es todavía problemático cuando se pone en práctica fuera del laboratorio y, además, el acceso a estas técnicas agropecuarias modernas aún es demasiado costoso para la gran mayoría de agricultores.
Por esto, la FAO insiste en la necesidad de una colaboración internacional que lleve estas técnicas a la gran escala. Más aún en el marco de la “Década de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas”, que comenzará el próximo año.