Este aterrador rostro de una hormiga fue parte de un concurso de fotografía que distingue a las imágenes microscópicas de la naturaleza.
De manera anual, la marca Kodak premia a las fotografías que destacan la belleza microscópica. Este año, una de las fotografías que más llamaron la atención y que recibió una distinción en el certamen destaca por ser algo digno de la fiesta de Halloween: el aterrador rostro de una hormiga.
El certamen llamado Nikon Small World, que ya tiene 48 años de existencia, premió a Eugenijus Kavaliauskas por su fotografía ampliada cinco veces que muestra los detalles del rostro de una hormiga, donde destacan los ojos pequeños y brillantes de aspecto amenazante hasta una mandíbula que le da una apariencia realmente aterradora.
Para conseguir este detalle en la imagen, Kavaliauskas usó un microscopio óptico con la técnica de luz reflejada y un aumento de lente X5. La foto ganadora es una de las 57 “Imágenes de distinción” seleccionadas de las casi 1.300 presentadas por fotógrafos profesionales de 72 países.
“No hay horrores en la naturaleza”
Kavaliauskas vive cerca de un bosque, lo que le facilitó capturar a la hormiga. “Pero es aburrido tomar una foto de una hormiga corriendo banalmente por el suelo”, explicó. Así que tuvo la idea de hacer algo diferente: colocó a la hormiga bajo un microscopio y tomó varias imágenes.
“Siempre estoy buscando detalles, sombras y rincones invisibles. El objetivo principal de la fotografía es ser un descubridor”, dijo Kavaliauskas.
La imagen llamó la atención de la audiencia debido a ese aspecto digno de un personaje de terror, son embargo, Kavaliauskas dijo que “no hay horrores en la naturaleza”.
Añade que “cuando comencé con la microfotografía, yo también pensé que todos los escarabajos se parecían un poco a los monstruos“, dijo. “Pero ahora me he acostumbrado y me sorprende que haya tantos milagros interesantes, hermosos y desconocidos bajo nuestros pies”.
Pese a lo impactante de la imagen, la fotografía no ganó el primer lugar. La fotografía ganadora fue obra de los investigadores Grigorii Timin y Michel Milinkovitch del departamento de Genética y Evolución de la Universidad de Ginebra.
La imagen en cuestión es la pata delantera de un gecko diurno gigante de Madagascar con detalles brillantes y fluorescentes. El resultado destaca los nervios en un color cian y los huesos, tendones, ligamentos, piel y células sanguíneas en una gama de colores más cálidos.
“Esta imagen en particular es hermosa e informativa, como una descripción general y también cuando la amplías en una región determinada, arrojando luz sobre cómo se organizan las estructuras a nivel celular”, señala Grogorii Timin.
