De acuerdo con los reportes oficiales, los californianos no lograron reducir su consumo de agua como se había sugerido durante el mes de julio. Lo que ha dejado muy preocupados a los funcionarios estatales y la administración del gobernador Gavin Newsom, al presenciar una sequía histórica que seguirá en el otoño.
Durante el mes de julio, el gobernador de California les pidió a los ciudadanos que redujeran hasta un 15 por ciento su consumo de agua, debido a la severa sequía que se ha presentado en el estado. Sin embargo, después del anuncio de Gavin Newsom, los residentes solo redujeron su consumo en 1.8 por ciento.
Lo que provocó que algunos embalses del estado tuvieran niveles peligrosamente bajos de agua. Aún así, Joaquín Esquivel, presidente de la junta, mantiene la esperanza de que las cifras de conservación de agua mejoraran. “En conservación, vamos a necesitar hacer más”. Reveló el presidente de la junta.
Por otro lado, Gavin Newsom declaró una emergencia por sequía en la cuenca del río Ruso a lo largo de la costa norte del estado en abril. Los datos de esta región demuestran que las personas redujeron su consumo de agua hasta en 17 por ciento en julio a comparación del mismo mes en 2020.
Pero esta sequía ha agotado los recursos hídricos como nunca antes. Varios de los embalses más grandes del estado ya se encuentran en mínimos históricos. El nivel del agua es tan bajo en el lago Oroville que los funcionarios tuvieron que cerrar una planta de energía hidroeléctrica por primera vez.
Aún así, Newsom se ha negado a imponer restricciones obligatorias de agua. El predecesor de Newsom, el ex gobernador Jerry Brown, impuso restricciones obligatorias de agua del 25% durante la sequía anterior. La administración de Newsom ha señalado que podrían surgir restricciones de agua si la sequía persiste.
La directora del Departamento de Recursos Hídricos, Karla Nemeth, dijo que los funcionarios están planeando «el peor de los casos en términos de disponibilidad de agua» para los tres embalses más grandes del estado.