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El cambio climático genera estrés térmico en los cultivos

Ante los efectos del cambio climático en la agricultura, se desarrollan investigaciones para obtener variedades más resistentes, modificar fechas de siembra de cultivos y replantear el potencial productivo de algunas especies. El impacto más grande es la temperatura, que afecta la fisiología de los cultivos.

Todos los cultivos presentan sensibilidad, en mayor o menor grado al cambio climático, ya sean de riego o de temporal o si son de ciclo anual o perennes.

Ante esta realidad, la Secretaría de Agricultura a través del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), acelera el paso en el desarrollo de tecnología para afrontar los impactos del incremento de la temperatura global en los cultivos.

De acuerdo con el investigador del Inifap, Ignacio Sánchez Cohen el aumento de la temperatura, sobre todo la mínima nocturna, afecta la fisiología de las plantas. Esto es, la diferencia entre la temperatura máxima y la mínima óptima baja se aceleran los procesos fisiológicos y con ello, comportamientos atípicos como la floración temprana, brote de espigas adelantado y aparición de plagas y enfermedades.

Como ejemplo, el investigador citó el cultivo del algodón donde se observan “bellotas” vanas que, en condiciones estándar de clima, pudiera pensarse que se deben a un déficit hídrico. Pero el hecho es que existe una correlación con el aumento de temperaturas mínimas que propician dicha condición.

Otro aspecto importante del cambio de patrones del clima, es la temporalidad de las precipitaciones pluviales así como su intensidad en algunas regiones de zonas áridas

Y en cuanto a la temporalidad, también se observa que la aparición o época de lluvias, también se modificó. Ya no ocurren como hace algunos años. Esto impacta las zonas de temporal en el país.

Sánchez Cohen, comentó que, por ello, “las fechas óptimas de siembra como se conocen hoy en día, ya no serán las más adecuadas por el calentamiento global”.

Indicó que, en un futuro, el potencial productivo tenderá a moverse a lugares más templados, donde ese rango de temperatura no sea tan evidente. Deberá buscarse que la ocurrencia de lluvias coincida con los requerimientos hídricos de los cultivos.

Refirió que la ciencia también encontró una relación estrecha entre los fenómenos climáticos globales como “El Niño” con las precipitaciones pluviales y su escurrimiento a las cuencas. Ya se tienen casos de esta situación en algunos distritos de riego en el norte del país.

Subrayó el investigador del Inifap, que la investigación tiene un papel importante, en términos de biotecnología, al llevar a cabo estudios para obtener variedades de cultivo adaptadas a la nueva condición climática.

La investigación busca que los requerimientos de máximos y mínimos de temperatura coincidan con la nueva realidad y el cultivo no sufra estrés térmico.

Indicó que hablar de biotecnología para crear variedades más resistentes, no implica modificaciones genéticas, sino identificar, con cruzas, los materiales genéticos que presentan cierta resistencia o tolerancia a lago y propiciar así, la propagación de una variedad.

Informó Sánchez Cohen que el Inifap cuenta con un Laboratorio de Modelaje y Pronóstico de Cosechas, en Aguascalientes, donde se utilizan algoritmos avanzados para la modelación climática y tratar de entender las variaciones para proyectar los impactos en rendimiento de los cultivos y actuar en consecuencia.

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