Hace miles de años, el fondo del lago de Lucerna era una antigua aldea prehistórica que pasó desapercibida para los arqueólogos, hasta ahora.
Hace aproximadamente 3 mil años, un grupo humano llegó a establecerse a un claro costero. Podría ser que ahí desarrollaran su vida y, eventualmente, las necesidades climáticas los hubieran desplazado hacia otro lugar. Milenios más tarde, ese espacio está recubierto de agua, y pertenece al lago de Lucerna, en la actual Suiza. Los fragmentos de viviendas costeras fueron la clave para descubrir esta aldea prehistórica.
Una aldea prehistórica bajo las aguas
Un equipo de arqueólogos dedicados a investigar la historia humana que circunda al lago de Lucerna encontró recientemente restos de un asentamiento que datan de la Edad de Bronce. Se trató, según informan, de una aldea prehistórica que quedó sumergida por el actual cuerpo de agua del puerto.
De acuerdo con los científicos, los hallazgos arrojan nueva luz sobre la colonización del lugar: podría ser que se hubiera poblado 2 mil años antes de lo que originalmente se pensaba. Nunca antes se había investigado desde este punto de vista, ya que una gruesa capa de lodo había tapado los rastros de la aldea, hasta ahora.
El equipo estableció que la ciudad podría ser milenios más antigua de lo que se pensaba. De acuerdo con un comunicado, estas condiciones “formaron un área de asentamiento ideal y de fácil acceso” en torno a la cuenca del lago, donde aún quedan palos de madera que pudieron haber funcionado como cimientos de las casas.
Cimientos de hogares prehistóricos
La característica común que unifica a la Edad de Bronce es la construcción y empleo de herramientas con este metal. Los cimientos de algunas de las civilizaciones más poderosas de la Antigüedad se han rastreado hasta esta época. Por su parte, los restos encontrados en Lucerna podrían datar de entonces, como soportes de viviendas sobre pilotes.
Estas casas antaño eran comunes en los Alpes entre los años 5000 y 500 a.C., de acuerdo con Smithsonian Magazine. La UNESCO destacó la posibilidad de que estos hallazgos proporcionen a los investigadores nueva información útil e inédita sobre el periodo neolítico en Europa:
“La madera es muy blanda por fuera y dura por dentro”, destacó el arqueólogo Andreas Mäder en un comunicado. “Algo así es típico de las pilas prehistóricas“. Esto ha dado pie a que los investigadores piensen que más rastros de otros asentamientos también estén sumergidos en algún lugar cerca, aunque todavía no se encuentran. Sin embargo, la evidencia disponible abre un terreno fértil para el estudio de las primeras sociedades agrarias de la región.