Agua

Cuál es la importancia de los recursos naturales

Desde que surgió la vida en la Tierra, todos los organismos, incluyendo a los seres humanos, han dependido de las cosas que existen libremente en la naturaleza para poder sobrevivir.

Estas cosas tan esenciales incluyen elementos como el agua, la luz del Sol, los suelos, los bosques, las plantas, los animales, etc. También se les ha dado uso a otras cosas presentes en la naturaleza para nuestro beneficio, por ejemplo, a los materiales para fabricar herramientas, ropa, medicinas y, en general, cualquier otra cosa que contribuya a nuestro desarrollo.

Qué son los recursos naturales y para qué sirven

Los recursos de los que nos provee la naturaleza se llaman recursos naturales y juegan un papel fundamental en el medio ambiente y en nuestra sociedad. Podemos definirlos como los bienes materiales y servicios que aporta la naturaleza sin que hayan sido alterados por el ser humano y que son valiosos para las sociedades humanas y el medio que les rodea.

La utilidad de los recursos naturales es, por lo tanto, sustentar la vida y contribuir al bienestar y desarrollo, ya sea de manera directa (minerales, alimentos y otras materias primas) o indirecta (servicios ecológicos). Queda claro, en consecuencia, la gran importancia económica y social de los recursos naturales, ya que estos han permitido que la sociedad sea tal cual es actualmente y los que permitirán que siga siendo igual o mejor, siempre y cuando se haga un buen uso de ellos.

Existen varias formas de clasificar los recursos naturales, pero si lo que más nos importa es saber si nosotros y las próximas generaciones podremos continuar haciendo uso de ellos y cómo gestionarlos, la clasificación más adecuada y funcional es la que distingue entre recursos no renovables y recursos renovables. Los vamos a examinar a continuación.

Cuál es la importancia de los recursos naturales - Qué son los recursos naturales y para qué sirven

La importancia de los recursos naturales no renovables

Comenzamos con la definición de recursos no renovables. Los recursos no renovables o agotables son los recursos naturales que no se pueden producir, cultivar, regenerar o reutilizar a un ritmo que pueda aguantar su tasa de consumo por parte de las personas. Esto es, el consumo de los recursos no renovables es superior al tiempo que tarda la naturaleza en recrearlos o reponerlos, o bien, existen en cantidades fijas.

La importancia de los recursos naturales no renovables reside en el alcance que tiene su uso como materias primas y fuentes de energía. Los más usados como fuentes de energía son los combustibles fósiles (carbón, gas natural y petróleo) y los elementos radiactivos que dan lugar a la energía nuclear.

Como materias primas podemos mencionar, por ejemplo, a los minerales y a algunas rocas (utilizadas, por ejemplo, en la construcción) como la piedra caliza, si bien, muchos derivados del petróleo tienen usos no destinados a generar energía, por ejemplo, los plásticos, fibras sintéticas, pinturas, fertilizantes, pesticidas, etc. Todos estos recursos no renovables están muy presentes en nuestro día a día, nuestra sociedad ha crecido sirviéndose de ellos, no obstante, tienen sus desventajas. Las veremos más adelante.

La importancia de los recursos naturales renovables

A diferencia de los recursos no renovables, los recursos renovables sí pueden restaurar sus niveles por procesos naturales a una velocidad superior a la del consumo por parte de los seres humanos y, en consecuencia, no se agotan.

¿Para qué sirven los recursos renovables? Los recursos renovables juegan un papel esencial en el mantenimiento de la vida, ya que la luz del sol, así como el aire, el agua, el suelo, etc., son básicos para que esta exista. También tenemos los recursos agrícolas, que nos permiten abastecernos y también alimentar a nuestros ganados o recursos ganaderos. Además, contamos también para nuestra alimentación con los recursos pesqueros y hacemos uso de los recursos forestales para, entre otras cosas, la obtención de leña, madera o resinas. Sin embargo, la sola presencia de los recursos forestales nos brinda una serie de servicios ecológicos de valor incalculable: albergan una alta biodiversidad, fijan CO2, almacenan agua y previenen sequías e inundaciones, previenen la erosión, etc.

Además, podemos utilizar algunos de estos recursos renovables como fuentes de energía. Así pues, nos podemos beneficiar de la energía eólica que nos proporciona el viento, de la energía solar de nuestro astro más cercano y de la energía potencial que impulsa el agua en su camino desde las montañas hasta el mar (energía hidroeléctrica). Otras energías renovables y de bajo impacto ambiental son: la energía de la biomasa, la energía geotérmica, la mareomotriz y la que puede proporcionar el hidrógeno como combustible (la abundancia de hidrógeno es tal que se le puede considerar un combustible «eterno»).

Consecuencias de la sobreexplotación de los recursos naturales

Comentábamos anteriormente que los recursos no renovables tenían algunas desventajas y están asociadas a su uso excesivo o sobreexplotación. La más obvia es que son recursos que se agotarán y que, por tanto, tendremos que reemplazar antes de que ello suceda para que la sociedad no se paralice. La otra desventaja es que hay un gran riesgo provocado por su combustión, con la que se generan gases y partículas que incrementan la polución (problema que afecta directamente en nuestra calidad de vida). Pero lo más significativo es la gran cantidad de CO2 que se emite a la atmósfera en dicha combustión, contribuyendo al incremento del efecto invernadero y al cambio climático.

En cuanto a los recursos renovables, hemos de ser muy cuidadosos para que estos sigan siéndolo. Si hacemos un uso masivo o descontrolado de ellos, podrían dejar de ser renovables. Veamos algunos ejemplos:

  • El agua tiene en la naturaleza una capacidad de autodepuración, pero si la contaminamos y no la tratamos después correctamente nos arriesgamos a no poder tener acceso a los recursos hídricos como recurso básico para la supervivencia.
  • Algo similar ocurre con el aire que respiramos en las ciudades, sobre todo cuando tenemos durante varios días condiciones de mucha estabilidad atmosférica y ni la lluvia ni el viento contribuyen a la «limpieza» de la atmósfera.
  • Los recursos pesqueros también son vulnerables a la sobreexplotación, llegando a algunos casos a la desaparición de algunas especies en ciertos ecosistemas marinos. Por tanto, se ha de regular adecuadamente la pesca.
  • También sufren la sobreexplotación los recursos forestales cuando se deforestan millones de hectáreas para el cultivo, pastoreo, obtención de madera y desarrollo urbano, hasta reducirlos a un tercio de su superficie original.

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