Tierra

Así es como los animales eligen a sus líderes

Desde las abejas hasta los delfines, pasando incluso por los elefantes, hay muchos animales salvajes que viven en grupos de cooperación, gobernados por un único líder. Y, como sucede en las sociedades de los seres humanos, estos gobernantes toman diferentes caminos hacia el poder.

Dependiendo de su tamaño y de su personalidad, los chimpancés usan la fuerza bruta o construyen alianzas para sacar ventaja. Los líderes de algunas especies, como las hienas manchadas, se eligen por el sexo o el linaje, al igual que los soberanos que ascienden en una monarquía. Los peces espinosos simplemente siguen al que tiene mejor aspecto.

Y, aunque en algunos casos los seres humanos suelen ver la edad avanzada de sus líderes como un signo de debilidad, hay especies de animales que aceptan a sus ancianos como líderes, señala Jennifer Smith, ecóloga especialista en comportamiento en Mills College, California.

«Usualmente, los mamíferos activamente eligen seguir a un animal que posee mayor conocimiento y experiencia acumulada en su vida», explica Smith, quien destaca que es un detalle particularmente cierto en el caso de las hembras más ancianas. 

Matriarcas a cargo

Para los elefantes africanos, la líder sería la hembra más grande de la manada. Según un estudio del Parque Nacional Amboseli en Kenia, estas grandes damas, que pueden vivir hasta unos 60 años, tienen más experiencia reconociendo los rugidos de los peligrosos leones y protegiendo a sus familiares del ataque. También usan su famosa memoria para hacer un mapa del lugar y guiar a su manada a los recursos esenciales, como la comida y el agua. «Su liderazgo se basa en el prestigio y los logros», agrega Smith. 

Las hembras más grandes también lideran las vainas de orcas, o ballenas asesinas, guiando a su grupo familiar por hasta 50 años después de haber dado a luz a su último ballenato. Un estudio reciente mostró que, al guiar a sus parientes a los mejores lugares para cazar peces, las hembras posmenopáusicas son esenciales para la supervivencia de su vaina: cuando una abuela muere, el riesgo de muerte de sus nietos aumenta.

«Esto es particularmente importante cuando la comida escasea», explica Smith. «El conocimiento ecológico de la abuela es muy importante en estas sociedades».

Reglas de dominio

Las hembras alfa también son las líderes entre los clanes de hienas manchadas en África, que pueden tener hasta 130 miembros. Desde su nacimiento, cada hembra es clasificada dentro de una jerarquía social inflexible, como los grupos del secundario de donde nadie nunca se gradúa.

«En la sociedad de hienas manchadas, la reina hereda su rango de acuerdo con quién es su madre, así que hay una transferencia social de conocimiento y poder», explica Smith.

Las familias múltiples existen dentro de los grupos más grandes de hienas, con la realeza en lo más alto y cada familia clasificada en ciertos niveles de acceso a la comida y a los recursos. Por ejemplo, las hembras alfa y sus crías obtienen el mejor acceso a la comida y el apoyo social de su manada. Generalmente, eso les asegura crías más sanas y mayor reproducción, un ciclo que mantiene el rango social y deja a los machos directamente en un segundo plano.

En los clanes de hienas, «las hembras están al mando en casi todos los aspectos de la vida», cuenta Smith.

Fuerza bruta

Las sociedades de chimpancés están lideradas por un macho alfa cuyo principal interés es el sexo; los líderes tienen acceso a las hembras fértiles y son los progenitores de la mayoría de las crías.

Estos líderes mantienen el orden frenando las disputas en el grupo y controlando los recursos, como la comida. También mantienen un orden jerárquico que determina quién se aparea con quién, un favor político popular que le dan a quienes los apoyan.

El nacimiento no determina quién es el chimpancé alfa, así que siempre están alertas contra posibles golpes de estado de machos merodeadores. Como resultado, muchos líderes son «matones interesados solo en sí mismos» y trabajan «muy arduamente para mantener ese alto rango aterrorizando a todos los demás», explica Michael Wilson, ecólogo de la Universidad de Minnesota que estudia las relaciones entre los grandes simios.

Construyendo alianzas

Pero eso no es siempre así.

Curiosamente, algunos chimpancés —particularmente aquellos que son más pequeños y menos agresivos— se convierten en líderes mediante una estrategia completamente diferente: construyendo alianzas.

En el Parque Nacional Gombe Stream en Tanzania, Wilson estudió un chimpancé alfa que los investigadores habían llamado Freud. Este macho se mantuvo en el poder construyendo lazos con otros chimpancés, cuidándolos y pasando mayor tiempo con ellos. Se ha observado que otros machos que usan este método le hacen cosquillas a los infantes.

Al ser gentil y utilizar algunas politiquerías antiguas, Freud se ganó la lealtad y los beneficios del poder, como la comida, los cuidados y las oportunidades de apareamiento.

Liderando por consenso

Los politólogos han investigado el alcance del atractivo para elegir a los líderes humanos, un criterio que también se aplica en los reinos no humanos.

El espinoso, un pequeño pez nativo del hemisferio norte, busca el atractivo físico, pero no se basa en una estética superficial. La especie selecciona como líderes a aquellos que son rellenos, con piel suave (y, por lo tanto, sin enfermedades) porque estos factores indican buena salud y capacidad de supervivencia.

Ese estudio también halló que, una vez que un pez dentro de un banco identifica a ese líder atractivo y comienza a seguirlo, el resto del grupo sigue a la mayoría.

Cuánto más grande sea el banco, mayor será la posibilidad de que los peces sigan al líder correcto, lo que sugiere que las grandes cantidades podrían ayudar. Sin embargo, como con los humanos, un consenso puede tener sus inconvenientes: a veces, unos pocos peces siguen a un pez menos deseable haciendo que el grupo entero se equivoque.

Democracia mediante el baile

Las abejas reina llegan al trono de una manera claramente violenta. Las abejas obreras crean alrededor de una docena de potenciales reinas al alimentar a algunas obreras hembra con una dieta especial. Luego, las obreras se apartan y dejan que las candidatas a reina se enfrenten en una batalla una contra una. Cada contienda finaliza con una victoria o un pinchazo letal.

Abejas obreras rodean a una abeja reina mientras pone sus huevos en una colonia en el ...

Abejas obreras rodean a una abeja reina mientras pone sus huevos en una colonia en el Reino Unido.FOTOGRAFÍA DE KIM TAYLOR, NATURE PICTURE LIBRARY

La abeja que gana todas las contiendas se convierte en reina, aunque no es una líder. “Su función es poner huevos”, explica Thomas Seeley, biólogo de la Universidad Cornell y autor de Honeybee Democracy. «Además de ser una luchadora habilidosa, eso es todo lo que hace».

Pese a la coronación, cuando las abejas se enfrentan a una decisión de vida o muerte, ya sea mover una colmena en peligro o dividir una exitosa, eligen democráticamente cuál será el camino que el líder debe seguir, cuenta Seeley.

Varios cientos de abejas exploradoras buscan nuevos lugares para anidar y regresan a la colmena para informar sobre estas ubicaciones. Cuanto más enérgico es el baile de la exploradora —comunicando información sobre la dirección y la distancia hacia el sitio— mayor es la atracción que sienten las demás exploradoras para visitar el lugar.

Cuando un buen número de exploradoras ha visitado un lugar excelente, las abejas en el sitio se dan cuenta de que han alcanzo el quórum y han ganado la «elección».  Luego, regresan a la colmena para que respondan ante los resultados. 

Seeley explica que el comportamiento de las abejas presenta una yuxtaposición interesante con las elecciones de los seres humanos, en las cuales no se incentiva a los candidatos a ser necesariamente honestos. Por el contrario, para las abejas, ser honestas sobre la idoneidad de su posible hogar es fundamental.

«El éxito de cada abeja depende de que a su colonia le vaya bien», agrega, así que «solo informan las cosas correctamente. De lo contrario, solo te vas a perjudicar», un precepto que podría beneficiar a otras especies, incluso la nuestra.

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