El cambio climático ya es una realidad y sus efectos se hacen notar en todos los rincones del mundo. También en una de las ciudades más populares del mundo, Nueva York, la urbe financiera por antonomasia.
El aumento del nivel del mar ha provocado que las inundaciones sean más probables y los huracanes más dañinos, sin embargo, la ciudad que nunca duerme ha encontrado un inesperado aliado en su lucha contra las consecuencias más graves del calentamiento global: las ostras, tal y como cuenta el Foro Económico Mundial.
Los científicos señalan que las áreas costeras de todo el mundo van a ver un aumento continuo del nivel del mar a lo largo de todo el siglo XXI. Lógicamente, esta situación pondrá más en peligro a las zonas más bajas que pasarán de sufrir inundaciones ocasionales a habituales.
En este sentido, el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) alerta que «los eventos extremos del nivel del mar que ocurrieron anteriormente una vez cada 100 años podrían ocurrir todos los años a fines de este siglo».
El cambio ya se aprecia en la ciudad de los rascacielos. Desde el año 2000, las inundaciones causadas por las mareas han aumentado un 247% en algunas áreas, lo que ha hecho que Nueva York ya empiece a buscar soluciones para intentar paliarlo. Y las ostras aparecen como una alternativa interesante.
Según la organización sin ánimo de lucro, Billion Oyster Project, estos moluscos son capaces de suavizar el golpe de las grandes olas, reducir las inundaciones y prevenir la erosión de las costas.
«Los arrecifes de ostras pueden ayudar a proteger a la ciudad de Nueva York de los daños causados por las tormentas», aseguran. Y ya se han puesto manos a la obra y han restaurado las ostras en 15 lugares de cinco condados de la ciudad.
Este molusco no es una solución por sí misma, pero tal y como recuerda la investigación publicada en la revista Ecological Engineering «los arrecifes ecodiseñados proporcionan una herramienta útil para ayudar a desarrollar la resiliencia costera frente al cambio climático y el aumento del nivel del mar».
Así, el proyecto tiene como objetivo seguir poblando la costa neoyorquina de millones de ostras. El plan es que en cinco años haya 100 millones, que ayudarán a filtrar el agua y a crear hábitats propicios para el desarrollo de nuevas especies.
Una experiencia positiva que también se ha experimentado en otros sitios como Luisiana, donde las ostras se están usando para paliar la erosión de los humedales costeros, o en Bangladés, donde este molusco está ayudando a salvaguardar la isla de Kutubdia, tal y como revela la BBC.
De momento, de vuelta a Nueva York, el Billion Oyster Project saca pecho de lo que ya se ha conseguido en la ciudad. Unos logros entre los que se incluye una mejora en la calidad del agua, con «las vías fluviales más limpias en los últimos 100 años y con un resurgimiento de la vida silvestre».
La lucha contra el cambio climático acaba de empezar y promete ser todo un desafío social en las próximas décadas. La llegada de aliados como las ostras siempre es una buena noticia.
