En el mundo se genera cada vez más basura. Según un informe del Banco Mundial, los desechos producidos en el planeta en 2016 alcanzaron los 2.010 millones de toneladas, y esta cifra podría dispararse hasta los 3.400 millones en el año 2050, es decir, casi un 70 % más de basura en solo treinta años. Vivimos en la era del usar y tirar y este el precio que estamos pagando: no sabemos qué hacer con tantos residuos.
Muchos de los desechos que generamos acaba teniendo una segunda vida, gracias a la ayuda de los ciudadanos que separan en casa aquellos residuos que pueden ser reciclados y a la actuación eficaz de la Administración que los trata en sus plantas de reciclaje. Pero, desgraciadamente, esto no es lo que sucede habitualmente, y la gran mayoría de la basura termina en vertederos, a excepción de algunos países del norte de Europa y Japón.
El informe de ISWA, una de las organizaciones más importantes a nivel mundial del sector de tratamiento de residuos sólidos, «Una hoja de ruta para el cierre de vertederos de residuos», determinó que en la actualidad los vertederos contienen aproximadamente el 40% de los residuos del mundo y que, de ellos, los 50 más grandes afectan a la vida diaria de 64 millones de personas, equivalente a toda la población de Francia.
¿Cómo funciona un vertedero?
Un vertedero es un lugar, preparado previamente para ello, en el que se vierten basuras, residuos o escombros. Antes de almacenar los desechos, se le da al terreno una geometría adecuada con máquinas excavadoras y se recubre con un revestimiento impermeable artificial para evitar que los residuos contaminen el suelo. La ley establece que los vertederos deben estar ubicados lejos de zonas habitadas, de áreas de cultivo y de aguas potables.
La basura llega en camiones y se vuelca en el vertedero al aire libre, se compacta mediante equipos móviles para que ocupe el menor espacio posible y se va tapando con capas de tierra con el fin de que quede enterrada y comience su descomposición.
Pero lo cierto es que muchos de estos residuos tardan años, décadas e incluso siglos en descomponerse debido a las propias condiciones de los vertederos, en donde hay poco oxígeno y humedad, y a las características de los materiales.
¿Por qué los vertederos son tan dañinos para el medio ambiente?
Enterrar los residuos sólidos en el suelo, aunque sea de manera controlada, tiene un impacto en nuestro entorno. Te contamos cuáles son los principales problemas que generan los vertederos de residuos municipales en el medio ambiente.
1. Los vertederos son uno de los causantes del cambio climático
Los vertederos tienen su parte de responsabilidad en el calentamiento global del planeta porque generan y emiten a la atmósfera biogás, una mezcla formada, sobre todo, por gas metano (CH₄) y dióxido de carbono (CO₂), dos de los gases causantes de la subida de temperatura del planeta y del cambio climático. Según el informe ISWA, si atendemos al panorama actual y no se toman medidas al respecto, los vertederos representarán el 10 % de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2025.
Algunos de estos vertederos cuentan con métodos de desgasificación, lo que es una mejora respecto a los vertederos convencionales pero, aun así, esto tiene sus hándicaps: la desgasificación suele ser realizada una vez cerrada la celda correspondiente del vertedero, por lo que el metano proveniente de los componentes más fácilmente biodegradables ya se habrá emitido a la atmósfera antes de la desgasificación. En los vertederos con proyectos de desgasificación horizontal en los que se intenta captar el metano durante la operación de cada celda, los resultados son mejores, pero igualmente solo consiguen capturar una parte del metano generado.
2. Pueden producirse incendios o explosiones en el interior de los vertederos
En ocasiones, el metano producido por los residuos de un vertedero puede causar explosiones e incendios. Este inconveniente resulta más habitual de lo que se pueda pensar, ya que los incendios que se producen no son inflamaciones al uso con llamas, sino que suceden por dentro del vertedero. Las emisiones de dioxinas por estas combustiones espontáneas incontroladas, además, son muy dañinas para el medio ambiente, sin contar con los efectos nocivos que estas quemas pueden tener sobre los acuíferos a causa de que las membranas de impermeabilización se ven afectadas por el fuego.
3. Pueden contaminar suelos y aguas
Los vertederos son responsables, en muchas ocasiones, de la contaminación de suelos y aguas subterráneas por el arrastre de materiales contaminantes que puedan contener los residuos que almacenan, materiales pesados como el plomo o el mercurio que se trasladan hasta la tierra y las aguas cercanas a la planta.
Además, pese a que la rotura de membranas de impermeabilización de vertederos no es algo muy habitual, cuando se producen son desastrosas para el medio ambiente.
4. Los vertederos alteran la fauna
Los vertederos tienes efectos negativos especialmente sobre la migración de las aves. Algunos pájaros se alimentan en los vertederos e, inevitablemente, ingieren plásticos, aluminio, cartón yeso y otros materiales comunes entre los residuos que pueden resultan incluso mortales.
Además, otro de los peligros de los vertederos para las aves está en que estas están alterando su actividad migratoria. En los últimos años, cada vez se están dando más casos de especies que han dejado de migrar al sur a cambio de elegir áreas cercanas a vertederos como zona de nidificación debido a su interminable suministro de alimento. Esto no solo es perjudicial, como hemos visto, por ser una dieta mortífera en ocasiones para ellas, sino que las propias crías ya tienden a ignorar las conductas migratorias tradicionales y se convierte en un problema generacional cada vez más grave.
5. Ocasionan la depreciación del entorno
Los malos olores que producen los vertederos no pueden ser controlados de manera efectiva y, casi inevitablemente, llegan hasta las poblaciones cercanas. La cercanía de estos almacenes de residuos deprecia el valor de los inmuebles en esas poblaciones y perpetúa la devaluación de áreas desfavorecidas.
6. En ocasiones se producen accidentes en los vertederos
En marzo de 2017 el colapso del vertedero de Addis Abeba, en Etiopía, se saldó con 113 fallecidos según las estimaciones. Solo un mes después, el Meethotamulla, el vertedero de Sri Lanka también se derrumbó cobrándose la vida de más de 30 personas, docenas de desaparecidos y más de 140 viviendas destruidas. En febrero de 2020, el siniestro del vertedero de Zaldívar, en España, causó la muerte de dos trabajadores.
La lluvia, las combustiones espontáneas o la acumulación excesiva a veces convierten a los vertederos en terrenos inestables en donde se producen desprendimientos o derrumbes muy peligrosos para los trabajadores de las plantas y para las áreas cercanas.