El video captado en Seychelles muestra una conducta nunca antes vista en las tortugas gigantes.
Sí, son lentas. Sí, son centenarias. Sí, son longevas: pero no son vegetarianas. Por el contrario, un video publicado recientemente por la Frégate Island Foundation revela que las tortugas gigantes son carnívoras, y en ocasiones cazan aves para complementar su dieta. A pesar de su tamaño, parece ser que los ejemplares en Seychelles son buenos cazadores, y se alimentan de pájaros pequeños cada que logran atraparlos.
El ejemplar captado en cámara se movía lento, pero decidido. Se trata de una tortuga gigante carnívora de las islas Seychelles, un archipiélago en el océano Índico, caracterizado por su clima húmedo y pantanoso. El pájaro que tenía en la mira intentó evadirlo, pero no fue suficiente.
Después de varios intentos, la tortuga gigante lo captó por la cabeza. No hubo escapatoria. El ave tampoco opuso resistencia. Cuando el video se publicó, diversos científicos alrededor del mundo reaccionaron con horror:
«ES TOTALMENTE SORPRENDENTE Y BASTANTE HORROROSO», DIJO JUSTIN GERLACH, ECOLOGISTA DE LA ISLA EN PETERHOUSE DE CAMBRIDGE, INGLATERRA. “LA TORTUGA PERSIGUE DELIBERADAMENTE A ESTE PÁJARO, LO MATA Y LUEGO SE LO COME. ASÍ QUE SÍ, ESTÁ CAZANDO».
Anteriormente, este comportamiento no se asociaba con las tortugas gigantes. Se asumía que, como otras especies de la misma familia, se alimentaban de vegetales y raíces. Como pasan mucho tiempo en el fango, para mantenerse humectadas, los científicos pensaban que se mantenían bien nutridas con hierbas y hojas. Hoy, el panorama cambió para siempre.
Antes del video, ya existían sospechas de que las tortugas gigantes son carnívoras. Un equipo de la Frégate Island Foundation, en Seychelles, suponían que estos reptiles complementaban su dieta basada en vegetales con huevos sin eclosionar, caracoles y algunos polluelos ocasionales.
Nunca se imaginaron que tuvieran las capacidades necesarias para cazar. En primer lugar, sus dimensiones y rapidez son obstáculos difícilmente superables. Sin embargo, parece ser que, contra el hambre, ni el peso ni la lentitud son un problema. Por el contrario, estos animales centenarios se sobreponen a sus limitaciones para comer lo que les apetece.
Incluso después de los 200 años de edad, como fue el caso del ejemplar captado en cámara, las tortugas gigantes a veces prefieren la carne. A diferencia de los ejemplares más longevos de otras especies, las tortugas gigantes mantienen su fuerza y decisión para buscar alimentos suficientes. «Estamos acostumbrados a pensar que no son particularmente interesantes, de movimiento lento y probablemente bastante estúpidos», se sincera el Dr. Gerlach, líder de la institución. «Pero claramente hay mucho más sobre estos animales«.