Los osos de agua no dejan de sorprendernos y esta vez fue posible descubrir cómo se desplazan.
La NASA los ha utilizado por años como motivo de experimento para el espacio exterior. Han demostrado ser notablemente resistentes a los cambios en gravedad y a la precariedad de recursos —incluso de agua. Por esta razón, los tardígrados han sido de los pocos animales terrestres que han ido al espacio. A pesar de esta relación tan íntima con las ciencias celestes, nunca se había registrado su manera de caminar. Un estudio de The Rockefeller University Center, sin embargo, finalmente logró documentarlo.
Regordetes y extremófilos
Los tardígrados fueron descubiertos en 1773 por un zoólogo alemán. Por su apariencia se les conoce también como ‘osos de agua‘. A pesar de su apodo, son capaces de sobrevivir sin este recurso por largos periodos de tiempo. Cuando están a punto de morir deshidratados, se enrollan en pelotas apretadas, de manera que no gasten energía.
Así, activan un mecanismo de supervivencia extremo conocido como criptobiosis. En este estado, los antioxidantes resguardan sus órganos vitales para evitar que se dañen. Con sus ocho patas microscópicas, estos microorganismos extremófilos han sido localizados en desiertos, glaciares y ecosistemas que otras especies —la nuestra incluida— no podrían soportar.
Aunque se sabe todo esto sobre la especie, nunca antes se había registrado su caminar en video, hasta ahora. The Rockefeller University Center for Studies in Physics and Biology asegura que sus movimientos se parecen mucho a los de insectos que los superan por 500 mil veces en tamaño, aunque los tardígrados sean 20 millones de años más antiguos.
Primeros pasos
De un total de 1,300 especies diferentes de tardígrados, los científicos se percataron de que todos caminan de la misma manera. Jasmine Nirody, investigadora independiente de la misma institución en Nueva York dijo que, a pesar de su cercanía con los estudios con el espacio, no se sabía nada sobre cómo se trasladaban a sí mismos:
Según ella, la clave está en cómo utilizan sus costillas para moverse. En el video producto de la investigación, se ve claramente el andar de uno de los tardígrados observados para el estudio.
Según el estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, la especie decide tomársela con tranquilidad: caminan lento. De hecho, hacen honor al nombre que ostentan desde hace siglos: tardígrado se traduce del latín como pasos tardíos. Su camino evolutivo los llevó por la vía del compás suave, en lugar de promoverlos a correr. «[…] hay algo en este esquema de coordinación particular que es eficiente en todas estas condiciones «, concluye Nirody.
