Uno de los mayores retos que enfrentará la humanidad las próximas décadas, además de la obtención de energía, es alimentar a los nueve mil 600 millones de habitantes proyectados para 2050, por lo que es imperativo respetar los ecosistemas y salvaguardar los recursos marinos, así como las especies endémicas, coincidieron investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Al participar en la XIV Feria de Ciencias y Humanidades de la UAM-I 2021, aseguraron que los estudios desarrollados por el Grupo de trabajo del Departamento de Hidrobiología de la Unidad Iztapalapa –que cuenta con una Planta Experimental de Producción Acuícola– están enfocados a estudiar grupos de organismos, desde crustáceos –camarones, acociles–, anfibios –ranas, ajolotes– y desarrollar biotecnologías para la producción de alimento humano y la conservación de especies amenazadas, además de diversos métodos para el tratamiento y reutilización del agua.
El doctor Gerardo Figueroa Lucero mencionó que también analizan los efectos de los contaminantes domésticos e industriales, así como los relacionados con el cambio climático en la sobrevivencia y reproducción de especies nativas de México.
Para el manejo integral de los recursos acuáticos se han formado tres grupos de trabajo: Ecotoxicología, Genética y Acuicultura, en los que docentes experimentan con organismos acuáticos existentes en la Planta.
Los investigadores Abigail Marisol Alcaraz Barranca, José Antonio Rosas Herrera y Luis Yitzal Ávila Díaz, reconocieron que si bien el reto planteado resulta complejo dado el incremento de la población humana, la limitada disponibilidad de los recursos naturales y el poco respeto a los ecosistemas, sus tareas siguen enfocadas al estudio y preservación de especies.
El pescado es una fuente importante de micronutrientes esenciales en los que se incluyen las vitaminas A, B y D y minerales como calcio, fósforo, yodo, zinc, hierro y selenio que podrían contribuir a disminuir la desnutrición crónica entre más de 800 millones de seres humanos.
Investigaciones recientes apuntan a avances importantes en el uso de micro algas para diferentes fines como la salud humana, purificación de aguas residuales, prevención de la contaminación acuática, industria farmacéutica, cosmética, acuicultura, producción de pigmentos y antibióticos.
Incluso, hay constancia de que 493 especies podrían ser utilizadas como alternativas para consumo de humanos y otros animales por el contenido nutricional que pueden aportar: entre 30 y 35 por ciento de proteína, de 10 a 25 por ciento de carbohidratos, entre diez y 20 por ciento de lípidos, y entre cinco y 20 por ciento de cenizas, además de aminoácidos, lípidos, ácidos grasos, niacina, riboflavina, tiamina, ácido pantoténico, cianocobalamina, piridoxina y biotina.
En los últimos años ha surgido un interés muy especial en el conocimiento de especies como ranas, ajolotes, salamandras y otros organismos similares, además de que estudios arrojan avances significativos en la tecnología de cultivo de la langosta de agua dulce cherax quadricarinatus, que aunque tiene un ciclo de vida corto puede reproducirse de tres a cinco veces por año.
Más de 15 países han importado la especie con intenciones de cultivo comercial y también es sujeto de estudio en todos los continentes, dadas las ventajas biológicas de la langosta de agua dulce, que van dese un rápido crecimiento, ciclo de vida simple, rápida reproducción, además que no enfrenta problemas significativos de enfermedades.
Lo que se busca es un aprovechamiento similar al de las mojarras o tilapias originarios de los lagos africanos, que actualmente se cultivan tanto en aguas dulces como saladas, en estanques construidos con diferentes materiales como el concreto o jaulas de geomembranas, o en lagos estéreos donde se mezcla el agua de mar con la de los ríos.
Otra de las especies estudiadas en la Planta Experimental de Producción Acuícola es el Chirostoma humboldtianum, especie endémica de pez blanco amenazada por la contaminación, sobreexplotación e introducción de especies exóticas.
