Agua

Todavía podemos restaurar la vida en los ecosistemas marinos

La sobrepesca, la contaminación plástica, el cambio climático y otros factores estresantes provocados por el hombre han asestado golpes masivos a los ecosistemas marinos y oceánicos del planeta.

Numerosos arrecifes de coral están muriendo en aguas tropicales acidificantes. Grandes extensiones de los océanos se han convertido en zonas muertas privadas de oxígeno. Especies icónicas como el atún rojo del Atlántico se están pescando casi hasta la extinción. El turismo de masas ha causado estragos en aguas costeras previamente vírgenes.

¿Tiempo de desesperación? No necesariamente.

El estado de la vida marina en gran parte del planeta es precario, pero aún hay tiempo para salvar ecosistemas asediados. La vida marina ha demostrado una notable capacidad de recuperación y, con medidas de protección mejoradas, los ecosistemas marinos frágiles pueden recuperarse en un período relativamente corto.

Tome Maya Bay en el sur de Tailandia, que llegó a la fama como lugar para la película de Hollywood de 1999 The Beach, protagonizada por Leonardo DiCaprio, después de convertirse en un popular destino turístico con miles de visitantes divertidos a diario, el ecosistema marino de la pequeña playa sufrió graves daños. Sin embargo, una vez que las autoridades locales cerraron el área al turismo en 2018, la vida marina comenzó a recuperarse notablemente en unos meses.

Hazañas similares de conservación y preservación también pueden llevarse a cabo a una escala mucho mayor. Restaurar la salud de los océanos requerirá previsión y dedicación, pero es factible. De hecho, en solo tres décadas podríamos “reconstruir” la vida marina, argumentan los autores de un nuevo estudio publicado en la revista Nature.

“Estamos en un punto en el que podemos elegir entre un legado de un océano resistente y vibrante o un océano perturbado irreversiblemente”, subraya el autor principal del estudio, Carlos Duarte, científico marino de la Universidad de Ciencia y Tecnología King Abdullah en Arabia Saudita.

El estudio proporciona ejemplos de la recuperación exitosa de poblaciones marinas, hábitats y ecosistemas como resultado de una conservación efectiva. Aprovechando estos éxitos, podemos implementar medidas similares en todo el planeta. Como ejemplo, los expertos citan las ballenas jorobadas, que se han recuperado de los niveles críticamente bajos de población desde que se impuso la prohibición de la caza de ballenas en 1985.

Alrededor de los océanos, según los autores, las medidas efectivas de conservación podrían ayudar a restaurar los ecosistemas marinos agotados a su estado anterior, o cerca de él, a mediados de siglo. Las marismas, manglares, pastos marinos, arrecifes de coral, bosques de algas marinas, arrecifes de ostras, pesquerías, megafauna y hábitats de aguas profundas podrían beneficiarse de una mayor protección.

“Tenemos una ventana de oportunidad estrecha para brindar un océano saludable a la generación de nuestros nietos, y tenemos el conocimiento y las herramientas para hacerlo”, explicó Duarte. “No aceptar este desafío, y al condenar a nuestros nietos a un océano roto que no puede soportar medios de vida de alta calidad, no es una opción”, agregó.

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