Un equipo de investigadores de la Argentina, Reino Unido, Bélgica y Estados Unidos, entre otros, analizó 163 estudios en ecología y conservación.
Integrado por Pedro Jaureguiberry y Sandra Díaz, del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal, dependiente del Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba, junto con colegas de Bélgica, Japón, Reino Unido, Estados Unidos, Luxemburgo, Alemania, Hungría e Italia.
El trabajo se publicó hoy en la prestigiosa revista Science Advances de la Asociación Estadounidense para el Avance de las Ciencias.
Esto sugiere que debemos abordar el problema de la pérdida de la biodiversidad de manera holística. Es decir, se deberían buscar soluciones para el cambio climático junto con los otros factores que también impactan.
Más de un tercio de la superficie terrestre del mundo y casi el 75% de los recursos de agua dulce se dedican actualmente a la producción agrícola o ganadera.
Los investigadores hicieron un análisis de 163 estudios publicados desde 2005 y señalaron que el cambio en el uso de la tierra y el mar fue el principal impulsor (por las actividades humanas) de la pérdida de biodiversidad mundial.
El cambio de uso de la tierra se clasificó como el primer factor de pérdida de biodiversidad en los sistemas terrestres y de agua dulce, seguido de la explotación directa en la tierra y de la contaminación en el agua dulce.
Hoy debemos aspirar a alternar franjas de cultivos con otras de ambientes silvestres, seleccionando mejor y reduciendo el uso de agroquímicos más amigables con el ambiente y mejorando las técnicas de aplicación