Tierra

¿Por qué algunos edificios se derrumbaron y otros no en el terremoto de México?

Es un fenómeno que se repite en cada sismo: existen zonas de Ciudad de México donde el mismo movimiento se siente de forma distinta, incluso de una calle a otra muy cercana.

Así, en terremotos como el de 7,1 grados en la escala de Richter que afectó este martes la capital mexicana, hubo edificios que colapsaron pero otros no, a pesar de encontrarse a escasos metros.

Así ocurrió, por ejemplo, en las colonias Roma y Condesa, entre las más afectadas por el movimiento.

Pero ¿por qué?

Una de las razones es el terreno donde está cada zona de la ciudad. Gran parte del centro de la ciudad se encuentra sobre el sedimento de antiguos lagos, haciendo que el suelo sea menos firme.

Un mapa de zonas sísmicas del Instituto de Geofísicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que en la capital del país existen tres tipos de suelo que reaccionan de manera distinta ante los sismos.

El más firme se encuentra en regiones montañosas alrededor de la ciudad, donde los movimientos telúricos son prácticamente imperceptibles.

Otro es el llamado de transición, donde impacto de los sismos aumenta.

Y el tercero, considerado como blando, es donde las ondas se sienten con más fuerza y por mayor tiempo.

Suelos blandos

Es este tipo de suelo donde se encuentra la zona central de Ciudad de México, y que incluye a colonias como Roma y Condesa.

Cuando se inicia un terremoto, este último suelo es particularmente vulnerable a agitarse como si fuera gelatina, a sufrir temblores por más tiempo y a ver cómo sus edificios son sacudidos.

«Los materiales más suaves amplifican el movimiento del suelo», dijo Susanne Sergeant, sismóloga de la organización responsable de la Encuesta Geológica Británico.

Pero también aseguró que, en este momento, «es difícil decir si un edificio fue dañado debido a la arquitectura o la variación geológica».

También porque, incluso en estos suelos blandos, el impacto de los sismos es distinto por el tipo de mantenimiento que se le da a las construcciones.

Reglas de construcción tras 1985

El terremoto de 1985 en México causó más de 10.000 muertes, arrasó con 30.000 edificios e hirió a unas 68.000 personas.

Edificios destruidos durante el terremoto de México en 1985.
Pie de foto,El terremoto de 1985 en México, de 8.1 grados en la escala de Richter, derrumbó miles de edificios.

Un año más tarde, entró en vigor una nueva ley que exigía que constructores y arquitectos tuvieran en cuenta el mal estado del terreno en algunas áreas de la ciudad y que las autoridades supervisaran e inspeccionaran todos los procesos de construcción.

Pero no está claro que siempre se sigan esas regulaciones.

El ingeniero Christian Malaga-Chuquitaype de la Escuela Imperial de Londres le dijo a la BBC que la población de México, como en gran parte de América Latina, tiende a construir sus propias casas o hacer sus propias reformas, derribando muros o instalando ventanas que cambian las características iniciales y hacen que ya no respeten el reglamento según el cual fueron construidas.

El inventario de viviendas en la capital se actualiza con poca frecuencia, lo que significa que un montón de edificios son anteriores a 1985.

«Los edificios necesitan ser inspeccionados, los diseños deben ser debidamente supervisados. A veces, en los países en vías de desarrollo, tratamos de ahorrar haciendo recortes», dijo el ingeniero.

Equipos de rescate frente a un edificio derrumbado frente a un edificio que se mantuvo en pie en Ciudad de México.
Pie de foto,La falta de supervisión y diferencias en los métodos de construcción dejó imágenes de edificios derrumbados a escasos metros de otros que no sufrieron daños aparentes durante el terremoto de este martes.

Pero hay otras razones. En los últimos años se construyeron decenas de edificios nuevos pero, según las autoridades, no contaban con los permisos necesarios para su edificación.

De hecho, algunos pisos de edificios de lujo fueron derribados por incumplir con las normas. La supervisión, reconoció el gobierno de Ciudad de México, fue deficiente en esos casos.

Durante las conmemoraciones del aniversario del terremoto de 1985 en 2015, un ingeniero de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam) advirtió que el reglamento estaba siendo saltado con demasiada frecuencia, y pidió una regulación más estricta.

Roberto Meli dijo a la Agencia EFE que se estaban haciendo recortes para mantener los presupuestos bajos y hacer que los edificios se vean mejor.

No identificó ningún edificio o empresa en particular, pero dijo: «Se han encontrado edificios que no cumplen al 100% con las regulaciones y no tienen documentación suficiente».

Algunos edificios son a prueba de terremotos

El objetivo de la ingeniería especializada en terremotos es hacer que la fuerza sísmica sacuda hacia arriba y abajo las estructuras internas del edificio.

Esto se puede lograr, dice el Dr. Málaga-Chuquitaype, construyendo muros estructurales en lugar de columnas.

«Si un edificio tiene más muros estructurales, será más rígido», dijo.

Un edificio derrumbado junto a otro en perfecto estado en Ciudad de México
Pie de foto,Características arquitectónicas como los muros estructurales pueden reforzar la resistencia de los edificios a un terremoto.

También existe la opción de extender los cimientos a mayor profundidad, pero esto puede no ser factible o rentable a menos que hacerlo ayude a alcanzar terreno duro.

La rigidez es menos importante para los edificios más altos, construidos para resistir grandes vientos.

La Torre Reforma, de 57 plantas y situada en el centro de la ciudad, por ejemplo, es triangular y es reconocida por sus paredes que pueden doblarse sin romperse.

E incluso en 1985, dos rascacielos lograron sobrevivir: la Torre Latinoamericana de 44 plantas y la Torre Ejecutiva Pemex de 54.

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