Por Diana Nava
Climate Action Tracker, un grupo científico que evalúa las acciones de los países para mitigar el cambio climático, ha situado el actuar de México como “altamente insuficiente” dentro de su último ranking publicado hace unos días. El país nunca ha sido bien calificado por la organización, pero en su listado anterior apareció dentro de las naciones cuyas acciones eran consideradas solamente como “insuficientes”.
La organización ha cambiado la metodología de su ranking. Ha pasado de evaluar solo las metas climáticas a poner foco también las políticas públicas y el financiamiento que aporta cada país para limitar el calentamiento global. Y México apareció dentro de los países de “especial preocupación”.
Pero la baja en la calificación que ha obtenido México no sólo se debe a ese cambio metodológico, sino también al empuje de nuevas políticas públicas en pro de los combustibles fósiles y la falta de ambición para fijarse nuevas metas de emisión de gases de efecto invernadero.
María José de Villafranca, la analista de la organización responsable de evaluar las políticas mexicanas, dice en entrevista que la mala calificación del país se debe principalmente a una ausencia de acciones que tomen en cuenta varios sectores –más allá del energético, cuyas políticas echadas a andar en años anteriores han sido detenidas– en la lucha contra el cambio climático.
“Cada país tiene sus propios retos, hay algunos en donde lo han hecho mejor porque saben cuáles son las partes donde pueden poner políticas públicas para hacer un cambio efectivo. A México le hace falta ver (la lucha contra el cambio climático) desde un punto de vista más holístico, más completo, desde otros factores que no sean el energético, en donde hemos visto que las políticas que habían sido buenas se han cambiado y creo que estamos retrocediendo en el tiempo”, dice desde Alemania. “Lo que cambió es que antes sí veíamos que México iba avanzando en cuanto a ambición, en cuanto a poner políticas que lo llevarían en algún futuro a bajar las emisiones y estas políticas se veían muy bien reflejadas sobre todo en el sector deenergía, con las subastas de largo plazo y la Ley de Transición Energética”.
Climate Action Tracker evaluó 37 países que en conjunto suman la emisión del 81% de las emisiones globales. Dentro del estudio, el grupo científico ha colocado a México dentro de los países de “especial preocupación” en conjunto con Australia, Brasil, Indonesia, Nueva Zelanda, Rusia, Singapur, Suiza y Vietnam. “(Estos países) no han logrado levantar la ambición en absoluto, han presentado los mismos o incluso objetivos menos ambiciosos hacia 2030 de los que habían presentado en 2015. Estos países necesitan reconsiderar su elección”, dice el grupo científico en el documento.
En diciembre del año pasado, la administración federal presentó un plan para reducir en 22% las emisiones hacia 2030. La misma meta ya había sido prometida en 2015, sin que hasta ahora se registren grandes avances al respecto.
Pero que México tenga prácticamente la misma evaluación que naciones como Australia, Suiza o Nueva Zelanda, no implica que las políticas echadas a andar desde la administración mexicana se asemejan a las de otros países. La organización califica más duramente a las grandes economías y aquellas naciones que se han beneficiado tanto en el pasado que necesitan ayudar financieramente a otras a reducir sus emisiones.
“Nunca dijimos: ‘(México) va también que va a cumplir la meta’, pero íbamos viendo que poco a poco iba por buen camino”, dice Villafranca. Pero ahora, la organización advierte que México está muy cerca de ser calificado como “críticamente insuficiente”.
Climate Action Tracker solo ha calificado positivamente a Gambia. La organización ha determinado que es la única nación cuyas acciones tienen compatibilidad con el acuerdo de París. Pero las acciones del pequeño país de África Occidental tampoco son del todo alentadoras, dice la analista. El bajo nivel de desarrollo económico y metas alcanzables es lo que ha colocado a este país por encima de los más de 70 que han sido evaluados.
La organización con sede en Alemania replica las sugerencias que ya han sido mencionadas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés): es urgente que los gobiernos aprovechen la reducción en los costos de las tecnologías renovables y abandonen sus planes de construcción de nuevas centrales de carbón, la financiación de gasoductos u otros proyectos relacionados con energías fósiles.
Fuente: Expansión