Con 737 metros de altura y la capacidad de «absorber» las emisiones de carbono en la atmósfera, el estudio de arquitectura Rescubika, con sede en París, Francia, creó Mandragore New York, el rascacielos ecológico más alto del mundo.
Pensando para construirse en la isla de Roosevelt, el diseño de esta torre residencial se inspira en la forma de la mandrágora. Con su arquitectura sinuosa busca simbolizar la relación de la humanidad con la naturaleza y servir como recordario de que debemos preservar el Medio Ambiente para vivir en simbiosis con el planeta.
Con sus 160 pisos, la torre implementará 36 turbinas eólicas, tendrá 1.600 árboles, 24.500 metros cuadrados de paredes verdes y siete mil metros cuadrados de fachadas fotovoltaicas.
El objetivo de Mandragore New York es absorver más dióxido de carbono del que libera.
El estudio propuso la utilización de materiales de madera y varias medidas para optimizar el uso de las temperaturas, como tuberías subterráneas para capturar o disipar el calor del suelo, haciendo que el interior sea cálido durante el invierno y se enfríe con más facilidad durante el verano.
El proyecto también avanza en el concepto de «sobriedad energética». Esta idea promueve cambios en el estilo de vida y las transformaciones sociales para lograr la neutralidad de carbono. Con esto en mente, cada departamento tendrá una sala de oficinas para que las personas puedan trabajar desde casa, reduciendo el tráfico de cercanías.