Tierra

Las setas más tóxicas de las península ibérica

Cuando vayas al bosque ten los ojos bien abiertos para no recoger ninguna de estas especies

Se acerca el otoño y con él, la temporada de recolectar setas. Una maravillosa afición llevada a cabo por personas de casi todo el mundo, desde la cuenca Mediterránea a Japón, pasando por Canadá hasta el sur de Chile. 

¡Pero atención! El hecho de ser una práctica muy extendida no la hace menos arriesgada. Según el diario Heraldo de Aragón, “cada año se producen en España unos 400 casos graves de intoxicaciones por consumo de setas tóxicas, que provocan vómitos y diarreas e incluso la muerte”.

Por ese motivo y para poder disfrutar de estos frutos de los dioses, conviene hacer un repaso de las especies más peligrosas de nuestros bosques:

Gyromitra esculenta

3. Gyromitra esculenta

El hongo bonete o falsa colmenilla es una seta comestible e incluso muy valorada en cocina. Sí, lo has leído bien. Sin embargo, es un alimento altamente tóxico si se come crudo o poco hecho, motivo por el cual los expertos aconsejan no consumirla. Sus toxinas, llamadas giromitrinas, se transforman en monometilhidrazinas, que si consiguen llegar al estómago y se acumulan, pueden ocasionar cáncer de hígado. 

Es una seta fácil de reconocer debido al peculiar aspecto cerebriforme de los pliegues marrones de su sombrero. Tiene un pie corto y blanquecino.

Cortinarius orellanus

2. Cortinarius orellanus

El grupo de los cortinarios o porras también es altamente tóxico. Existen más de 2000 especies de hongos del mismo género que se encuentran repartidas por todo el planeta. Sus toxinas, conocidas como orellaninas, provocan, unos días después de su consumo, una grave insuficiencia renal, a veces irreversible.

Concretamente, la seta de la foto corresponde a un cortinario de montaña. Por suerte, hay pocos en nuestro territorio y se pueden reconocer fácilmente por el parecido de su rojizo sombrero a una oreja humana, sobre un pie amarillento.

Amanita phalloides

1. Amanita phalloides

El premio al mayor número de intoxicaciones mortales se lo lleva la oronja verde,​ también conocida como canaleja u hongo de la muerte. Como su nombre indica, es una seta tan común en nuestros bosques como peligrosa, debido a que sus toxinas actúan sobre los riñones y el hígado, provocando un fallo hepático.

Para reconocerla nos fijaremos en su velo himeneal, un anillo en forma de falda que rodea al hongo por debajo del sombrero; la presencia de numerosas láminas bien separadas y sobre todo, una volva que rodea el pie en la base (atención: puede estar escondido bajo la hojarasca). Suele tener un color verde oliva, aunque también se pueden encontrar ejemplares más amarillentos o incluso, blancos. Es aconsejable saber reconocer a otras amanitas, también tóxicas, como la Amanita verna, A. virosa, A. muscaria, A. pantherina y la A.citrina.

Ahora que ya hemos repasado algunas de nuestras setas más peligrosas, cabe destacar que, por muy tóxicas que sean, nunca debemos arrancarlas o pisarlas. Los hongos desempeñan un papel clave en los ecosistemas, ya sea como descomponedores, como complemento nutritivo de animales y plantas, entre muchos otros.

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