Tierra

Las plantas invasoras que no deberíamos tener

Una especie invasora es aquella planta, fauna, hongos, virus y bacterias que no se distribuyen de manera natural en un sitio, pero que llegaron a un sitio de forma accidental o intencional. 

Se les agrega el adjetivo de invasoras cuando, además de no pertenecer al lugar, logran sobrevivir, se reproducen de manera descontrolada y causan daños a la biodiversidad local, a la economía, a la salud y a la cultura.

Al no tener depredadores directos, se imponen en la competencia por alimento, agua y espacio. En algunas ocasiones, se convierten en importantes depredadores e, incluso, pueden ser portadores de nuevas enfermedades, de acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).

Esta ocasión hablaremos de aquellos árboles y plantas que son parte de nuestras vidas cotidianas pero, hacen más daño que bien al medio ambiente.

Especies invasoras, contra el frágil equilibrio de la megadiversidad

En clase de biología seguramente tu maestro comenzó su lección diciendo “México es un país megadiverso”, ¿qué significa esto?

​​Que nuestro país se encuentra en el top cinco a nivel mundial por el número de mamíferos, aves, anfibios, plantas vasculares y reptiles que alberga

Una condición para formar parte de este grupo es que esta megadiversidad está compuesta por especies endémicas, es decir, que solo las podemos encontrar aquí y en ninguna otra parte más.

Un criterio para ser parte de esta lista es que el país debe tener por lo menos 5,000 especies endémicas de plantas.

Una de las causas por las que perdemos biodiversidad es porque los seres humanos transformamos nuestro entorno y, en este caso, sembramos plantas ajenas al ecosistema, modificando la forma como interactúan con la fauna.

¿Qué tan grave es el problema? La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) estima que las especies invasoras son la primera causa de pérdida biodiversidad en las islas, la segunda en el mundo y la tercera en México.

En la Ciudad de México, por ejemplo, entre 70% y 80% de los árboles en las calles y áreas verdes son especies exóticas, mismas que alteran las interacciones entre organismos.

Adorables, pero dañinas

Jacaranda

Adoramos la temporada en la que esta especie, la Jacaranda mimosaefolia, comienza a florecer porque cubre de violeta una buena parte de la Ciudad de México, sin embargo, debes saber que tiene una amplia distribución en Sudamérica en Bolivia, Brasil, Paraguay y Argentina.

Llegan a medir hasta 20 metros de alto y a vivir 100 años. Una consecuencia de que sea exótica es que no interactúa con otros organismos que sí son nativos, por ejemplo, las abejas no polinizan sus flores

Por desconocimiento, la gente prefiere comprar a esta especie en los viveros que a árboles nativos, de tal suerte que contribuye a desplazar flora local y puede generar desequilibrios en el ecosistema y mermar poblaciones de insectos y aves.

Lirio acuático

El lirio acuático es considerada la maleza acuática más seria a nivel mundial. Esta planta dulceacuícola es originaria del Amazonas, Brasil, se ha establecido en casi todos los lagos, presas y canales de riego de México, cubre aproximadamente 7,000 hectáreas del territorio nacional.

Es considerada una plaga porque crece y se reproduce rápido. La especie provoca la reducción de los cuerpos de agua, impide la navegación, disminuye el rendimiento de los peces, afecta la supervivencia de plantas y animales nativos. Además, favorece el desarrollo de mosquitos que producen daños a la salud humana y el ganado.

En la Ciudad de México, se extrae a la Eichhornia crassipes de las chinampas de Xochimilco para venderla a peatones y automovilistas con fines ornamentales.

Bugambilia

La Bougainvillea spp. es originaria de Brasil y Perú. Es un arbusto trepador que tiene un tallo leñoso con espinas. Posee tres flores rodeadas por brácteas u hojas de llamativos colores.

Se cultiva como planta ornamental en todo México y se adapta a climas cálidos, semiáridos, semisecos y templados.

Neem

Es un árbol originario de la India su nombre científico es Azadirachta indica. Se le encuentra en estados como Baja California y Nuevo León.

Las consecuencias de plantarlo son que acidifica los suelos, desplaza a fauna local como abejas, escarabajos, aves, entre otros, impide la proliferación de la flora nativa y provoca la erosión de los suelos.

Pino salado

Su nombre científico es Tamarix ramosissima, es un arbusto con presencia en Coahuila, Sonora y Chihuahua. Es originaria del sur de Rusia y Asia Menor. Tiene la capacidad de aumentar la salinidad del suelo y de alterar la dinámica hidrológica.

Crece a las orillas de los ríos y absorbe mucha agua, generando la desecación de las cuencas. 

En Estados Unidos ha costado 300 millones de dólares controlarlo. Se encuentra en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo.

Araucaria

La Araucaria heterophylla también es conocida como pino de Norfolk, es originaria de una isla de Australia y llega a medir hasta 40 metros de alto. Es pariente de pinos y cedros. Sus hojas son pequeñas y parecen escamas, y sus conos son grandes. 

Viene de una familia muy antigua que convivió con los dinosaurios y solo quedaron 19 parientes repartidos en Sudamérica, Australia, y Nueva Caledonia.

Framboyán

También se le conoce como Flamboyán, Tabachín o Malinche. Es otro árbol cuyas flores rojas alegran las calles de las ciudades mexicanas. Su nombre científico es Delonix regia y es originario de Madagascar, paradójicamente, allá se encuentra en peligro de extinción.

El árbol llega a medir hasta ocho metros de alto, su tronco es grueso, su follaje abundante durante algunos meses, su fruto es una vaina café alargada, gruesa, de hasta 50 centímetros de largo con más de 30 semillas gruesas.

Sus raíces albergan bacterias fijadoras de nitrógeno por lo que puede mejorar las propiedades de los suelos donde crece.

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