Los planes hidrológicos y la gestión del agua “deben poner los efectos del cambio climático en el centro” y enfocar las soluciones en la reducción de la demanda para afrontar consecuencias crecientes de la crisis climática como las sequías, afirma Vanessa Casado Pérez, del Foro de la Economía del Agua.
Planes hidrológicos y sequías
La profesora Casado Pérez hace hincapié en que la planificación de los planes hidrológicos debe tomar muy en cuenta los efectos del cambio climático, y destaca la importancia de buscar soluciones para “reducir la demanda de agua” de cara a efectos del cambio climático como las sequías.
“Las herramientas reguladoras del mercado han sido infrautilizadas y ayudarían a la asignación de derechos de uso en tiempos de escasez”, afirma la profesora asociada del Texas A&M School of Law (EE.UU.), que se ha incorporado al Comité Académico del Foro de la Economía del Agua junto al catedrático de Derecho Económico y director del Instituto de Minas y Energía de la Universidad Ruhr de Bochum (Alemania), Christian Pielow, y al catedrático de Derecho Administrativo en la Universidad Bocconi de Milán (Italia) Fabrizio Fracchia.
Según Fracchia, en el Pacto Verde Europeo “por fin hay un plan de acción de contaminación cero para el aire, el agua y el suelo. No obstante”, señala que sería importante que en la implementación del Pacto “se preste aún más atención a este tema”.
Cambio climático y agua
Incide en que para garantizar el equilibrio hídrico en el nuevo escenario climático, “es necesario aumentar las medidas” en relación a las existentes actualmente. No obstante, se muestra optimista en que los planes de recuperación y resiliencia que están desarrollando los estados miembros “pueda ser una buena ocasión para ello”.
Los expertos del Foro recuerdan que las previsiones respecto a los efectos del cambio climático apuntan a que la disponibilidad puede verse comprometida en las próximas décadas, especialmente en las regiones más cálidas, como es el caso del Mediterráneo, donde según los científicos la temperatura sube dos grados por siglo.
Según el Foro Económico del Agua, en la apuesta por la descarbonización del sistema energético, tiene un papel fundamental para algunas tecnologías consolidadas, como la hidroeléctrica, y otras emergentes, como el hidrógeno para cuya producción se requiere un uso intensivo de agua dulce.
Producción de hidrógeno
Al respecto, el Pielow afirma que para resolver el conflicto entre la energía y otros usos del agua “es aconsejable un sistema de planificación integradora de la gestión del agua”, en la línea de la Directiva Marco del Agua europea 2000/60/CE y la Ley de Recursos Hídricos alemana.
De esta manera, sostiene, es posible postular estándares y valores límite que “limiten su uso para la generación de electricidad, especialmente en regiones con escasez de este recurso natural, o que requieran una ponderación y equilibrio de todos los intereses y necesidades en juego”.
Señala que la electrolisis para la producción de hidrógeno “debe equilibrarse con otros usos y especialmente con el suministro de agua potable”. Según Pielow, los conocimientos técnicos y económicos apuntan a posibles soluciones, concretamente al potencial de la desalinización del agua de mar, que puede utilizarse también para obtener agua potable y cubrir otras necesidades hídricas.
Fuente: www.ambientum.com