Tierra

Explora el mundo desde el confinamiento

¿Cómo puedes ver animales sin necesidad de ir de safari a África? ¿Qué grupos de defensa de la fauna y flora silvestres necesitan tu ayuda? El mundo es muy diferente para los viajeros en tiempos del coronavirus, por eso hemos puesto en marcha The Radar, una serie semanal que ayuda a los amantes de los viajes a explorar un mundo cambiante.

La COVID-19 afectará a nuestros futuros viajes, grandes y pequeños. Por ejemplo, los gobiernos podrían exigir que las aerolíneas apliquen medidas de distanciamiento social (como volar con los asientos del medio vacíos) si el turismo repunta más adelante este año.

Según un nuevo reportaje de Skift, eso podría traducirse en un aumento de los precios de los billetes de avión de hasta un 50 por ciento. La alteración de la economía turística afectará a las personas que viven en los destinos más frecuentados y a las iniciativas de conservación respaldadas por el dinero del turismo.

Aunque nuestros movimientos estén limitados, nuestro espíritu viajero no lo está. Como escribió la conservacionista Rachel Carson en Primavera silenciosa:

«Los que contemplan la belleza de la tierra encuentran reservas de fuerza que perduren mientras dure la vida».

Las playas de Alabama se recuperan

Esta semana, Alabama y el resto de la costa del Golfo recuerdan el décimo aniversario del vertido de petróleo de Deepwater Horizon, que comenzó el 20 de abril de 2010. Algunos dijeron que la región nunca conseguiría recuperarse de un desastre ambiental tan devastador.

Isla Dauphin, Alabama
FOTOGRAFÍA DE IMKE LASS, REDUX

En 2010, el vertido de petróleo de Deepwater Horizon causó graves daños en las playas de la isla Dauphin, en Alabama.

Playas de Alabama
FOTOGRAFÍA DE GDNS81, STOCKIMO/ALAMY STOCK PHOTO

En 2020, las playas de Alabama se han recuperado del vertido de petróleo.

Sin embargo, la costa sí se recuperó. Aunque la fauna y flora marinas de la zona aún tienen dificultades, algunas especies han resurgido con fuerza, como el pargo rojo, el sábalo y el pelícano pardo, el ave estatal de Luisiana. Incluso las tortugas marinas anidan en playas prístinas.

Alabama ha destinado parte del pago multimillonario de BP y los gobiernos federales y estatales de Estados Unidos para convertirse en líder del turismo sostenible.

El parque estatal del Golfo ofrece senderos ampliados y un centro de interpretación del litoral ha solicitado el certificado Living Building, que genera más energía de la que consume. En el parque también se encuentra uno de los hoteles más verdes del país.

Pero de repente llegó la COVID-19. «Es un poco irónico que 10 años después nos enfrentemos a otra situación desconocida, esta vez más económica que medioambiental», afirma Chandra Wright, directora de iniciativas ambientales y educativas del Lodge at Gulf State Park.

Sin embargo, si ese desastre de hace una década enseñó a la región algo sobre cómo lidiar con la crisis actual, Wright afirma que «quizá no sepamos cómo será la situación cuando nos recuperemos, cómo será la nueva normalidad, pero vamos a recuperarnos, seremos más grandes, más fuertes, mejores».

Sé científico ciudadano de Florida a Francia

Con las actuales restricciones de los viajes, muchos científicos no pueden llegar a sus sitios de investigación, ni tampoco un ejército de voluntarios que les ayudan a recopilar datos.

Desde marzo, la organización medioambiental sin ánimo de lucro Earthwatch, que envía a viajeros a ayudar en proyectos como el estudio del cambio climático en el Pirineo andorrano y de la fauna silvestre en la estepa de Mongolia, ha tenido que cancelar 104 expediciones.

Si se pierde el resto de esta temporada de campo, que llega hasta finales de septiembre, los científicos perderán unas 88 560 horas de trabajos voluntarios.

Pero los voluntarios tienen formas de ayudar desde casa. Y resulta que lo están haciendo en masa. En SciStarter, un portal de ciencia ciudadana, los nuevos participantes en proyectos en línea han aumentado un 380 por ciento, según Darlene Cavalier, su fundadora e investigadora de Nat Geo.

En Zooniverse, otra plataforma en línea, también se ha sextuplicado la cantidad de gente que entra para ayudar a clasificar las vocalizaciones de los manatíes de Florida, identificar a los animales en las cámaras trampa del Mont Blanc en Francia o contribuir a otros 50 proyectos.

Con esta pandemia, «el mundo ha visto de primera mano lo importante que es la ciencia para encontrar soluciones a problemas complejos», afirma Scott Kania, consejero delegado de Earthwatch. Es otra razón más (por si la necesitáramos) para volver al campo, las montañas y los mares lo antes posible.

Chimpancés
FOTOGRAFÍA DE RENATO GRANIERI

El Refugio de Chimpancés de Tacugama, en Sierra Leona, es uno de los muchos centros de conservación que tienen dificultades ante la falta de dinero del turismo.

Salva a los chimpancés de Sierra Leona

Los grupos de defensa de la vida silvestre dependen del turismo para acoger, alimentar y proteger animales vulnerables y están pasando por malos momentos debido a la pandemia de la COVID-19.

En el Refugio de Chimpancés de Tacugama, en Sierra Leona, los voluntarios cuidan de 96 chimpancés huérfanos. «Pero nuestros proyectos de campo han sufrido mucho y se han aplazado» desde que se propagó el virus, cuenta Aram Kazandjian, director de desarrollo.

«Necesitamos recaudar urgentemente 10 000 dólares al mes para pagar los sueldos de los empleados, dar comida a los chimpancés y al personal que está en confinamiento y cubrir los costes de gestión»

Otras organizaciones que ayudan a animales y que necesitan financiación debido a la paralización de los viajes por el coronavirus son la Save Elephant Foundation de Tailandia, que cuida elefantes que languidecen debido al colapso del turismo, y el Centro de Rescate Amazónico de Perú, que rescata, rehabilita y libera a animales heridos de la selva amazónica, como los manatíes y los monos araña.

Reinita cerúlea
FOTOGRAFÍA DE MATTHEW STUDEBAKER, MINDEN PICTURES

La reinita cerúlea es una de los cientos de especies de aves que pasan por la Ruta del Misisipi.

Un podcast de observación de aves

Cuando el «conservacionista hastiado» autoproclamado Jacob Job se topa con una situación difícil, va a observar aves. Y podemos acompañarlo gracias a su podcast de siete episodios «Voices of a Flyway». El viaje auditivo se adentra en la Ruta del Misisipi, una ruta migratoria de 3200 kilómetros para millones de aves cantoras de vivos colores que viajan al norte a lo largo del río Misisipi. Entre los grandes éxitos figuran los dulces sonidos campaneros de la reinita protonotaria, que tiene un vivo color amarillo, y las notas zumbantes de la reinita cerúlea.

Por el camino, el explorador de National Geographic revela las mayores amenazas medioambientales para el núcleo comercial de Estados Unidos, que abarca de Luisiana a Minnesota. «Si entendiéramos mejor lo mucho que dependemos del medio ambiente, sé que todos exigiríamos cuidarlo mejor», afirma.

Ve de safari virtual por África

Es cierto que ya no puedes avistar grandes felinos, jirafas y otra megafauna mientras conduces por la sabana africana en un Landrover. Pero como han informado nuestros colegas de la edición británica de National Geographic Traveler, Explore te permite hacerlo de forma virtual con retransmisiones de animales salvajes por todo el mundo. Esta organización sin ánimo de lucro cuenta con cámaras que retransmiten la naturaleza en directo en parques nacionales como el Parque de Elefantes de Tembe, en Sudáfrica, y la Reserva Natural de Tayna, un refugio para gorilas en la República Democrática del Congo.

También puedes seguir un safari en directo a diario presentado por Wild Earth. Los guías expertos y los operadores de cámara transmiten sus aventuras a los espectadores en tiempo real y permiten enviar preguntas a los guías conforme avanzan.

Estos safaris ayudan a gente de todo el mundo a conectar con la naturaleza desde la comodidad de sus casas. Desde que empezó a propagarse el coronavirus, hemos observado un aumento sin precedentes de la cantidad de gente a la que llegamos

Emily Wallington, de Wild Earth.

Cultiva tus propios alimentos

Monte Kathdin, Maine
FOTOGRAFÍA DE TRISTAN SPINSKI, THE NEW YORK TIMES/REDUX

Unos senderistas descansan en el camino que sube al monte Kathdin, en Maine, el término septentrional del Sendero de los Apalaches. El camino está atestado de senderistas que intentan pasar tiempo al aire libre durante la cuarentena.

El año pasado, el mayor bosque comestible de Estados Unidos, el Urban Food Forest de Browns Mill, echó raíces en Atlanta, Georgia. En medio de una zona declarada desierto alimentario por el gobierno estadounidense, los visitantes del parque pueden recoger higos, nueces, gordolobo y otras hierbas medicinales a lo largo de casi tres hectáreas de una plantación de nueces pecán convertida en parque municipal. Aunque los parques de Atlanta siguen abiertos, no se permite recolectar durante la pandemia. Como sustitución, el «guardabosques de alimentos» Mike McCord propone adentrarse en la tendencia de la recolección plantando un huerto comunitario o un sencillo huerto con hierbas y verduras en la terraza. «Cultivar tu propia comida es sencillísimo y ahora mismo nadie quiere ir al supermercado», afirma.

Las últimas noticias turísticas:

◼ Viviendo con lémures: En su nuevo libro, Chasing Lemurs: My Journey into the Heart of Madagascar, la antropóloga biológica Keriann McGoogan recuerda sus aventuras (y sus desventuras con la malaria) en África, donde estudiaba a los primates. 

◼ Visitas turísticas gratuitas: La ausencia de turistas ha despertado la creatividad de las islas Feroe, un archipiélago ubicado en el Atlántico Norte, entre Islandia y Noruega. Hace unos años, el territorio atrajo a turistas con su campaña Google Sheep View. Ahora ha respondido a la pandemia reintroduciendo «Remote Tourism!». Para disfrutar de la experiencia tienes que ver el vídeo. Es un viaje gratuito y no vamos a perdérnoslo.

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