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Estos son los mejores árboles en la lucha contra el calentamiento global y la contaminación

En los últimos años, la plantación de árboles ha pasado a convertirse en la piedra angular de muchas campañas medioambientales, viéndose como una forma efectiva pero simple de ayudar a reducir el impacto de las emisiones de carbono, y, además, restaurar los ecosistemas naturales.

Por ejemplo, en enero de 2020 el Foro Económico Mundial en Davos lanzó la campaña 1 billón de árboles, con la finalidad de apoyar el Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas, cuyo objetivo es restaurar, proteger y/o plantar un billón de árboles para 2030. Una iniciativa, además, que siguió una campaña parecida para plantar mil millones de árboles para 2050.

Pero, ¿por qué son los árboles tan útiles en la lucha contra el calentamiento global y la contaminación? No hay duda que los árboles son auténticas máquinas de almacenamiento de carbono. De hecho, como todas las plantas, absorben el dióxido de carbono presente en la atmósfera mediante un proceso llamado fotosíntesis. Así, producen oxígeno, que respiramos, y que es un subproducto de este proceso.

Los bosques tienen la capacidad de secuestrar carbono durante siglos, algo que tanto los seres humanos como el planeta necesitan con urgencia como consecuencia del daño causado a la atmósfera por las diferentes actividades emisoras de carbono.

De acuerdo a una estimación llevada a cabo por la organización benéfica de conservación del Reino Unido, Woodland Trust, es posible atrapar 400 toneladas de carbono en 10.000 metros cuadrados de bosque (es decir, el equivalente a dos campos de fútbol y medio).

Mejores árboles contra la contaminación

Foto: Istock

Ahora, investigadores de la Rice University, en Estados Unidos, se preguntaron dónde y qué árboles sería mejor plantar como una forma eficaz de limitar los efectos del calentamiento global. Llegaron a la conclusión de que, para la ciudad de Houston, por ejemplo, los sicomoros y las encinas americanas podrían ser consideradas como las mejores opciones de los 17 superárboles que pueden ser de utilidad para ayudar a hacer que el medio ambiente se vuelva más habitable.

En ese estudio, los investigadores se propusieron identificar qué árboles “funcionarían” mejor en la ciudad, teniendo algo importante en cuenta: cuál es su capacidad para absorber dióxido de carbono y otros contaminantes, y su capacidad para proporcionar un dosel para reducir el calor o estabilizar el paisaje durante las inundaciones.

Seleccionando solo 17 especies de árboles

Teniendo todos estos factores en cuenta, los expertos descartaron la mayoría de las 54 especies nativas, seleccionando solo 17. Entre ellos, según parece, la encima se convirtió en una de las más eficaces para absorber todo tipo de contaminación. Aunque el sicomoro americano pasó a sobresalir como una de las opciones más interesantes a la hora de crear áreas de sombra y contener inundaciones.

Por otro lado, las hojas de laurel y de arce rojo serían las más adecuadas en cuanto a la eliminación de la contaminación por ozono, el dióxido de azufre, los óxidos de nitrógeno, el monóxido de carbono y partículas aún más finas. Todos estos compuestos pueden tener efectos graves en la salud, como ataques de asma o, en casos más serios, incluso paros cardíacos.

Una vez establecieron estos mapas, los autores del estudio unieron fuerzas con la ciudad y con distintos socios locales con la finalidad de plantar más de 15.000 superárboles en 14 sitios, principalmente en aquellas áreas más afectadas por la contaminación, o en las que más necesitan un almacenamiento de carbono o control de inundaciones.

Gracias a los resultados obtenidos, los investigadores proponen una estrategia de tres ejes que se podría trasladar a otras ciudades: determinar qué árboles son los más adecuados, identificar los lugares donde dicha plantación tendría un impacto mayor en la salud y en el medio ambiente, y comprometerse con la comunidad para hacer realidad el proyecto de plantación.

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