Tierra

Este hongo convierte a los insectos en adictos a la necrofilia

El hongo parásito contiene un poderoso afrodisíaco que alienta a los machos a tener relaciones sexuales con cadáveres.

Un hongo parásito llamado Entomophthora muscae manipula el comportamiento de las moscas domésticas comunes (Musca domesticaliberando una mezcla química que hace que los machos se conviertan en insectos zombis adictos a la necrofilia.

Una poción zombi de la lujuria

La necesidad de reproducirse es un impulso irrefrenable en la naturaleza. Así lo ha atestiguado un nuevo estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), que ha descubierto un hongo que modifica el comportamiento del insecto para aumentar su propio potencial de propagación, alterando las señales químicas de otro cadáver -otra víctima del hongo- para que atraiga la atención de los machos. La necrofilia involuntaria deja al macho vulnerable a la infección mientras se aparea con los insectos ya muertos, lo que permite una mayor propagación del hongo.


Los investigadores analizaron el hongo patógeno Entomophthora muscae y su influencia en la mosca doméstica, observando que al exponer a hembras muertas infectadas y no infectadas a moscas macho para ver si intentarían aparearse con alguna, las posibilidades de que el macho se apareara con ambas hembras muertas aumentaban si una de las moscas muertas se encontraba en las últimas etapas de la esporulación ( cadáveres hinchados, literalmente llenos de esporas) de la infección.


«Esto es ventajoso para el hongo, ya que la proximidad entre los huéspedes conduce a una mayor probabilidad de infección», explican los autores.

Las hembras esporulantes, las más atractivas

Para confirmar la observación, los investigadores incubaron las moscas macho durante 10 días. Casi el 75% de los machos expuestos a hembras con esporulación en etapa tardía se infectaron, en comparación con el 15% de los machos que intentaron relacionarse sexualmente con los cadáveres en la etapa temprana de esporulación. También midieron las respuestas de la mosca doméstica masculina a los compuestos volátiles que rodean a las moscas vivas, los cadáveres no infectados y los cadáveres esporulantes. Las hembras muertas repletas de esporas, seguían siendo más atractivas para las moscas macho.

«Los machos sanos se sienten atraídos por los cadáveres fruto de la acción de los hongos y se involucran en intentos de cortejo y apareamiento, lo que aumenta significativamente la infección de nuevos individuos hospedadores y, por lo tanto, asegura la transmisión del patógeno fúngico», dicen los autores. «La infección por E. muscae induce cambios en la química volátil que atraen a las moscas domésticas al alterar los niveles de hidrocarburos cuticulares de las moscas y al producir varios compuestos volátiles inusuales».


Entre estos compuestos se encuentran una clase de sustancias químicas llamadas sesquiterpenos, que antes no habían sido asociadas con las moscas domésticas (pero sí a abejas melíferas asiáticas y a los abejorros, por ejemplo).


El hongo invade el sistema nervioso de la mosca y la obliga a ascender hasta el punto más alto posible, algo que se conoce como ‘enfermedad de la cumbre’, arrojando las esporas con su hinchadísimo abdomen, antes de que el malévolo hongo devore el cerebro y los músculos de la víctima.

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