Un excelente aliado para la naturaleza es el maguey, ya que esta ayuda a captar dióxido de carbono, a contener las corrientes de aire, a mejorar la productividad de las tierras y a alimentar los mantos freáticos.
Si bien, esta planta ha sido aprovechada más con fines de belleza, muchas veces sin conocer los grandes beneficios que podríamos multiplicar en beneficio del medio ambiente y del mundo en general.
El maguey necesita pocos cuidados ya que es recomendable regarla cada cinco días en la época de calor mientras que cuando estamos en el invierno cada 15 días es necesario regarle agua.
Existen más de 300 tipos de agaves o magueyes, las cuales resisten las bajas temperaturas, además de absorbe el C02 ya que su tipo de respiración es diferente al resto de las plantas.
En México hay más de 100 variedades de este género con sus especies y subespecies, con formas y tamaños diferentes, entre las cuales destaca el maguey espadín en Oaxaca, el agave azul en Jalisco, el henequén en Yucatán y los magueyes pulqueros en Hidalgo, Tlaxcala, Puebla y el Estado de México.
En el Estado de México existe desde octubre del 2014 una Ley de Protección al Maguey, con el objeto de proteger su cultivo, fomentar su desarrollo sostenible, así como el impulso y fortalecimiento.
Esta planta forma parte de la historia de la nación, por lo cual ha sido retomado hasta en canciones, pero con el crecimiento urbano poco a poco han desaparecido las grandes hileras de magueyes en las ciudades y en el campo.
