Esa masa azul que se mece ante nosotros en la orilla de una playa y que parece extenderse hasta el infinito es mucho más que agua. Los océanos hacen de la Tierra un lugar habitable para el ser humano. La lluvia, el agua potable, el tiempo, el clima, los litorales, gran parte de nuestra comida e incluso el oxígeno del aire que respiramos, los proporciona y regulan los océanos.
El cuidado de los mares y océanos es esencial para garantizar un futuro sostenible. No obstante, en la actualidad, existe un deterioro continuo de las aguas debido a la contaminación y a la acidificación de los océanos que está teniendo un efecto adverso sobre el funcionamiento de los ecosistemas y la biodiversidad. Proteger nuestros océanos debe seguir siendo una prioridad. La salud marina es vital para nuestra supervivencia y la de nuestro planeta: unos océanos sanos nos ayudan a tener un planeta sano.
Estamos a tiempo de salvar los océanos
El último Ocean Health Index evaluó las aguas marinas, las costas y los océanos de 220 países y territorios costeros, que suman el 40 % del océano. Esta proporción oceánica es la que mayores beneficios aporta a las personas, pero también sobre las que existe una mayor presión de las actividades humanas.
La conclusión general es que los océanos no se están muriendo. Aunque los datos obtenidos señalan que podemos (y debemos) utilizar este recurso de manera más sostenible. ¿En qué aspectos podemos mejorar para cuidar la salud de los océanos?
Reducir la contaminación para garantizar nuestra salud
La contaminación de los mares y océanos es un problema grave que afecta directamente a los hábitats oceánicos e, indirectamente, a la salud humana. Los derrames de petróleo, residuos tóxicos y demás vertidos, así como la acumulación de plásticos son sólo algunos de los problemas que debemos enfrentar para incrementar la calidad del agua de océanos y mares.
La contaminación marina, que proviene en su mayor parte de fuentes terrestres, ha llegado a niveles alarmantes: por cada kilómetro cuadrado de océano hay un promedio de 13.000 trozos de desechos plásticos. Aproximadamente el 80 % de esa basura plástica llega desde la tierra, mientras que el 20 % restante proviene de fuentes marinas, como los trozos de redes y otros aparejos abandonados en el agua por las flotas de barcos pesqueros, según la agencia de Medio Ambiente de la ONU.
¿Cómo perjudica a nuestra salud la contaminación de los océanos? La presencia de plásticos en los océanos provoca cada año la muerte de alrededor de 100.000 especies marinas, según los cálculos de la ONU. A pesar de que la mayoría de los plásticos se supone que quedan intactos durante décadas o siglos después de su uso, los que se deterioran terminan convirtiéndose en microplásticos, y los peces y otros animales marinos acaban consumiéndolos; pasando de esta manera a la cadena alimentaria mundial.
Cuidar los océanos para luchar contra el cambio climático
Los océanos son depósitos naturales que absorben y capturan el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera reduciendo así su concentración en el aire. Son considerados los principales sumideros de carbono naturales, elemento clave para combatir el cambio climático, ya que son capaces de absorber alrededor del 50 % del carbono emitido a la atmósfera. En concreto, el plancton, los corales, los peces, las algas y otras bacterias fotosintéticas son los organismos encargados de esta captura.
Los océanos también absorben alrededor del 30 % del dióxido de carbón generado por las actividades humanas y se ha registrado un 26 % de aumento en la acidificación de los mares desde el inicio de la revolución industrial.
Es importante garantizar la supervivencia de estos hábitats para reducir la cantidad de CO2 en la atmósfera y frenar así el calentamiento climático. Según Ocean Health Index, aunque en muchos lugares estos hábitats permanecen saludables e intactos, algunos han disminuido significativamente desde 1980. Su protección y restauración son necesarias para recudir la cantidad de carbono y poder mitigar los efectos del calentamiento global.
Proteger la biodiversidad para proteger la vida
La biodiversidad marina, la variedad de vida que existe en los océanos y los mares, es fundamental para mantener el funcionamiento saludable del planeta y asegurar la salud, el bienestar y la prosperidad de la humanidad. El océano contiene casi 200.000 especies identificadas, pero las cifras reales pueden ser millones y más de 3.000 millones de personas dependen de la biodiversidad marina y costera para su sustento.
Según el índice, existe el riesgo potencial de perder una proporción significativa de la diversidad de especies marinas. En las últimas décadas se ha registrado una pérdida de más de un 40 % de las especies de anfibios, casi un 33 % de los corales de arrecifes y más de un tercio de los mamíferos marinos, se encuentran en esta misma situación. Los bosques de manglares han reducido al menos un 25 % su extensión original mientras que las praderas de fanerógamas marinas merman su superficie a un ritmo del 10 % por década.
La pérdida y el deterioro de estos hábitats costeros resta capacidad de proteger la costa. Esa mayor debilidad en la protección de las zonas litorales hace que entre 100 y 300 millones de personas vivan en áreas en peligro de inundación.
No podemos olvidar que los océanos ocupan tres cuartas partes de la tierra y su estado puede variar mucho si analizamos su salud en una zona geográfica o en otra. De hecho, desde Ocean Health Index subrayan que las regiones con una gobernanza estable y eficaz tienden a obtener puntuaciones mucho más altas que las regiones donde la corrupción, las dictaduras, los conflictos civiles, la guerra y la pobreza han sido crónicas.
Esto hace latente la importancia de promover la paz, la justicia, la igualdad de género, las empresas socialmente responsables y otros aspectos para mejorar la salud de los océanos. Cuidar el estado de salud de nuestros océanos y mares tiene un gran impacto en múltiples ámbitos. El progreso en esas áreas hace que sea mucho más fácil para las comunidades y las naciones cuidar el planeta que todos compartimos, haciendo que sea un lugar más sostenible en el que habitar.