Aire

Cuáles son los principales contaminantes del aire y cómo podemos contribuir a reducirlos

Desde el smog que se cierne sobre las ciudades hasta el humo dentro de las casas, la contaminación del aire representa una gran amenaza para la salud, el clima, la biodiversidad y los ecosistemas, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En el Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul, conoce qué es la contaminación del aire, cómo se produce, cuáles son sus consecuencias y qué puedes hacer para reducir su impacto.

Por qué se conmemora el Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul

En 2019 la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 7 de septiembre como el Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul. El objetivo de la efeméride es generar conciencia y promover la participación mundial en la lucha contra la contaminación atmosférica. 

De acuerdo con el organismo mundial, esta fecha es un llamado a todos, desde gobiernos y empresas hasta la sociedad civil y los individuos, a tomar medidas para reducir la contaminación del aire.

Mejorar la calidad del aire traerá múltiples beneficios para la salud, el desarrollo y el medio ambiente”, aseguran desde la OMS.

Por qué se produce la contaminación del aire y cuáles son sus principales causas

Pablo Orellano, especialista en epidemiología, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet) y profesional que participó de la elaboración de las Directrices mundiales de la OMS sobre la calidad del aire publicadas en 2021, explica a National Geographic que existen dos fuentes de contaminaciónnaturales (tales como incendios o erupciones volcánicas) y antropogénicas (producidas por las personas y posibles de evitar).

La contaminación atmosférica ocurre cuando se emiten gases al aire. Es decir, partículas que se acumulan hasta alcanzar niveles elevados que afectan a la salud humana y los ecosistemas, detalla Jordi Pon, coordinador regional de químicos y contaminación para América Latina y El Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

“Estos gases y partículas se producen principalmente durante los procesos de combustión como los que ocurren en los motores de vehículos, en los procesos industriales o durante la quema de residuos”, agrega el especialista.

De acuerdo a la explicación de Pon, los contaminantes que se emiten directamente al aire se denominan contaminantes primarios, mientras que los secundarios se generan a partir de reacciones químicas que ocurren una vez que los primeros están en el aire y se combinan con otras sustancias.

“Ejemplos de los contaminantes primarios son las partículas finas (material particulado)el monóxido de carbono, los óxidos de azufre y de nitrógeno y también los compuestos orgánicos volátiles, entre otros”, enumera el coordinador regional de químicos y contaminación.

A lo antes mencionado, Pon añade el ozono a nivel de la troposfera (la capa de la atmósfera más cercana a la superficie de la tierra) y el dióxido de carbono como contaminantes secundarios.

Qué es el material particulado

De acuerdo a la OMS, el material particulado (PM, por sus siglas en inglés) consiste en una mezcla compleja de partículas sólidas y líquidas de sustancias orgánicas e inorgánicas suspendidas en el aire. 

Concretamente, el material particulado se analiza en dos tamaños: PM10 que son partículas iguales o menores a 10 micras (equivalente a la millonésima parte de un metro) y PM2.5 que son partículas de 2.5 micras o menos, explica a este medio Ricardo Torres, ingeniero químico, doctor en ingeniería ambiental e investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Luisa González Herrera, experta regional en calidad del aire del Pnuma advierte que estas partículas “son invisibles al ojo humano y tienen la facilidad de ingresar al organismo”.

Qué es el ozono

Pon indica que el ozono es un contaminante secundario que se genera por reacciones químicas en presencia de luz ultravioleta. 

“Al ozono nadie lo emite, sino que se forma completamente en la atmósfera a partir de las emisiones contaminantes”, completa Torres.

Según la OMS, “el ozono a nivel del suelo es uno de los principales componentes del smog fotoquímico. Se forma por la reacción con la luz solar (reacción fotoquímica) de contaminantes como los óxidos de nitrógeno de las emisiones de los vehículos y la industria y los compuestos orgánicos volátiles emitidos por los vehículos, los disolventes y la industria” y no debe confundirse con la capa de ozono.

Qué es el dióxido de nitrógeno

Conforme a las directrices de la OMS, el dióxido de nitrógeno (NO2) es un gas de color marrón rojizo con un olor acre (áspero y picante al gusto y al olfato, según define la RAE) característico. 

Las principales fuentes de emisiones antropogénicas de NO2 son los procesos de combustión (calefacción, generación de energía y motores de vehículos y barcos), afirma la OMS en su sitio web.

Según indica el documento antes mencionado, el dióxido de nitrógeno es importante no solo por sus efectos sobre la salud sino también porque, entre otras cosas, absorbe la radiación solar visible y contribuye a la visibilidad atmosférica deteriorada y tiene un papel potencialmente directo en el cambio climático global.

Qué es el dióxido de azufre

El dióxido de azufre (SO2) es un gas incoloro de olor fuerte. La principal fuente antropogénica de SO2 es la quema de combustibles fósiles (carbón y petróleo) que contienen azufre para calefacción doméstica, generación de energía y vehículos de motor, expone la OMS.

Qué es el monóxido de carbono

Siguiendo con las precisiones del documento de 2021, “el monóxido de carbono (CO) es un gas tóxico incoloro, no irritante, inodoro e insípido que se produce por la combustión incompleta de combustibles carbonosos como la madera, la gasolina, el carbón, el gas natural y el queroseno”.

Cuál es el impacto de la contaminación del aire

Tal como señala la OMS, la contaminación atmosférica “es uno de los mayores riesgos ambientales para la salud humana y una de las principales causas evitables de muerte y enfermedad a nivel mundial”. 

Los datos de la organización internacional muestran que casi toda la población mundial (99%) respira aire que excede los límites de las pautas de la OMS y contiene altos niveles de contaminantes. Concretamente, aseguran que este tipo de contaminación causa alrededor de 7 millones de muertes prematuras cada año.

Orellano advierte que las elevaciones diarias de los contaminantes pueden provocar un aumento de la mortalidad general, una suba de las hospitalizaciones por enfermedades respiratorias crónicas como el asma, el EPOC o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, acrecentar el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, afectar a las personas que tienen enfermedades cardiovasculares e incrementar la cantidad de visitas de emergencia hospitalaria.

Pon destaca que las partículas finas pueden ingresar al organismo a través de la respiración y alojarse en los pulmones, lo cual inflama los tejidos y ocasiona problemas respiratorios. 

En el caso del material particulado 2.5, puede pasar al torrente sanguíneo y generar afectaciones en el sistema cardiovascular, alerta el especialista del Pnuma.

Frente a esto, la ONU es tajante: “Cuanto más bajos sean los niveles de contaminación del aire, mejor será la salud cardiovascular y respiratoria de la población, tanto a largo como a corto plazo”.

En tanto, González-Herrera comenta que las consecuencias no solo se producen en la salud de las personas, sino que la contaminación atmosférica también provoca daños al medio ambiente.

A modo de ejemplo, la experta en calidad del aire detalla que las partículas finas que se depositan sobre las hojas de las plantas impiden el intercambio de gases durante la fotosíntesis, lo cual tiene un impacto sobre el rendimiento de los cultivos agrícolas. 

Además, la especialista del Pnuma explica que la contaminación del aire provoca lluvia ácida: “Es decir que aquellos gases que están presentes en la atmósfera, específicamente los óxidos de azufre y de nitrógeno, al ser combinados con la lluvia generan ácidos nítrico y sulfúrico que, al caer sobre los terrenos y sobre las plantas, acidifican las tierras y disminuyen su capacidad de producción”.

Cuál es la situación de América Latina y el Caribe en cuanto a la calidad del aire

Según Pon, la contaminación es alta en las principales ciudades capitales de América Latina y el Caribe. Esto se debe principalmente a fuentes como el transporte, la industria o la gestión inadecuada de residuos (como la quema de basura al aire libre).

Fuera de las ciudades, desarrolla el experto, existe la contaminación en los hogares, sobre todo en zonas rurales donde se utilizan combustibles fósiles para cocción y calefacción tales como leña o carbón.

“En la región de las Américas, la OMS estima unas 320 000 muertes prematuras que están asociadas a la contaminación del aire”, alerta Pon. 

Por su parte, Orellano advierte que en América Latina existen pocas estaciones de monitoreo, lo cual dificulta la medición de contaminantes y, consecuentemente, la concreción de medidas al respecto.

Asimismo, tanto el epidemiólogo argentino como Torres coinciden en que se vislumbra un interés creciente sobre esta problemática por parte de los ciudadanos, especialmente entre los más jóvenes.

Qué se puede hacer para disminuir la contaminación del aire

Pon y González-Herrera destacan a través de un documento enviado a este medio, por correo electrónico, que las recomendaciones para ayudar a reducir la contaminación del aire varían de acuerdo con los diferentes actores que pueden contribuir a proteger la calidad del aire

En ese sentido, para los gobiernos nacionales y subnacionales, la sugerencia es fortalecer la gestión integral de calidad del aire y promover el diálogo intersectorial para desarrollar estrategias y planes de calidad del aire basados en evidencia científica. 

“Algunas herramientas esenciales para esto son el monitoreo de la calidad del aire; el desarrollo de inventarios de emisiones para priorizar las fuentes y el desarrollo de regulaciones específicas por sector; y adoptar objetivos de calidad del aire con base en los niveles recomendados por la OMS”, indican los especialistas.

Para el sector industrial los expertos aconsejan promover al interior de sus procesos prácticas ambientales que tiendan a reducir y controlar las emisiones contaminantes a la atmósfera y la aplicación de buenas prácticas y tecnologías de control de emisiones. 

“De igual manera, para el sector transporte la recomendación sería incentivar el uso de motores y vehículos más limpios y eficientes, promover la actualización del parque automotor o fomentar la electromovilidad”, coinciden Pon y González-Herrera.

Por otra parte, los especialistas del Pnuma indican que también existen  acciones que la sociedad civil puede tomar en su vida diaria para hacerle frente a la problemática. 

Entre ellas, mencionan: optar por los modos de transporte sostenible o realizar mantenimiento de los vehículos e involucrarse en proyectos de monitoreo de la calidad del aire con sensores remotos en el marco de proyectos de ciencia ciudadana. 

Sumado a lo anterior, Pon propone generar menos residuos y reciclar los que se producen para evitar que lleguen a instalaciones no adecuadas. 

“Cada parte de la cadena de la economía tiene emisiones atmosféricas asociadas al consumo energético, al transporte, etcétera. Entonces, es una acción que se multiplica: al hacer un mejor uso de los recursos, evitar un mayor consumo, generar menos residuos y reciclar los que se generen, así se acumula el efecto positivo sobre múltiples cosas y sobre la calidad del aire”, completa el experto. 

Para finalizar, Torres asegura que, los pequeños gestos pueden marcar la diferencia: “A nosotros, como ciudadanos, nos toca minimizar la emisión que se pueda”. 

Para ilustrarlo, el experto menciona que en la ciudad de México circulan a diario alrededor de 5 millones de vehículos y sugiere que si esa cantidad de automóviles recorrieran lo mínimo posible, “con seguridad bajarían los niveles [de contaminación del aire] de una forma muy importante”.

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