La naturaleza ofrece increíbles fenómenos y paisajes, tanto en la superficie como bajo el mar, donde se pueden encontrar los bosques de algas marinas, algunos de ellos gigantes, que conforman zonas de vital importancia para la ecología y el medio ambiente.
Equiparable esta importancia a las selvas tropicales o a los arrecifes de coral, los investigadores han comenzado a cartografiar los bosques gigantes de algas marinas alrededor del mundo, en un proyecto liderado por el doctorando de la Universidad de Queensland Nur Arafeh-Dalmau.
Estos bosques de algas marinas, que están cada vez más amenazados debido al efecto del cambio climático, se encuentran en el 25% de las costas del planeta: “Son uno de los ecosistemas más productivos y magníficos de la Tierra, pero están desapareciendo debido al aumento de las actividades humanas y las olas de calor marinas”, dijo Arafeh-Dalmau en un comunicado.
Falta de concienciación sobre la importancia de los bosques de algas
El equipo de investigación analizó 35 años de información de datos satelitales, identificando áreas donde los bosques de algas gigantes actúan como potenciales refugios climáticos y calculando cuánta protección se necesita. La región mapeada cubre miles de kilómetros a lo largo de la costa de Estados Unidos y México y las islas del Océano Pacífico Noreste.
“Descubrimos que existe un nivel alarmantemente desigual de los bosques de algas marinas dentro de las reservas marinas de la región, con menos del 1% protegido frente a la costa de Baja California en México”, dijo Arafeh-Dalmau.
“Esta región está sujeta a episodios de temperaturas más altas de la superficie del mar y menor disponibilidad de nutrientes, lo que limita la biomasa y la propagación de las algas”.
“Las algas gigantes son el organismo de más rápido crecimiento en la Tierra, y cuando perdemos un bosque, estamos perdiendo una increíble reserva de carbono, un hábitat para la biodiversidad marina, zonas de reproducción para las poblaciones de peces y un amortiguador de la erosión para las comunidades costeras. A medida que las olas de calor marinas aumentan en frecuencia y severidad, necesitamos averiguar cómo y dónde protegerlas mejor”.
Los métodos de estudio ahora se utilizarán en todo el mundo para mapear la persistencia de algas gigantes y otras especies de algas formadoras de dosel en países como Chile y Sudáfrica, y Australia y Nueva Zelanda.
Arafeh-Dalmau cree que una de las mayores barreras para la conservación del bosque de algas marinas es la falta de conciencia, sobre todo en comparación con ecosistemas similares como los arrecifes de coral. “Necesitamos que el público y los legisladores sepan que estos misteriosos bosques submarinos existen, están amenazados a nivel mundial por las actividades humanas y debemos protegerlos ahora”, dijo.
Fuente: www.ambientum.com