Pájaros cantando a todo pulmón, jabalíes caminando por la ciudad y delfines de regreso en las costas. El confinamiento en varios países por el nuevo coronavirus ha dado vía libre a los animales, que disfrutan de la calma, y los humanos se toman más tiempo para observar la naturaleza.
En los primeros días del confinamiento por el Covid-19, los habitantes de las grandes ciudades redescubrieron el canto de los pájaros. Se vieron jabalíes en Barcelona y a un puma silvestre deambulando por las calles desiertas de Santiago de Chile.
Con la brutal caída de la presencia humana en las calles, debido a la cuarentena adoptada por el coronavirus (Orthocoronavirinae), los animales salvajes urbanos «tienen vía libre para pasear por las ciudades», dice Romain Julliard, director de investigación del Museo Nacional de Historia Natural de París.
Cita el ejemplo de los zorros. Estos animales «cambian su comportamiento muy rápidamente, cuando un espacio está tranquilo, van», señala.
Asimismo, los animales y las aves que viven en los parques urbanos, como los gorriones, palomas y cuervos, pueden abandonar su territorio habitual y «liberar espacio para otros animales».
En cuanto a los pájaros, no es que haya más, sino que ahora se los puede escuchar cantar. Algunos pájaros «dejan de cantar cuando hay ruido. Ahora vuelven a cantar», explica Jérôme Sueur, especialista en acústica del Museo Nacional de Historia Natural.
El ruido también altera su comportamiento y genera estrés», explica.
La desaparición de la cacofonía humana es «beneficiosa» para los animales, en plena primavera en el hemisferio norte que como una gran parte del mundo se enfrenta a la pandemia del nuevo coronavirus.
El científico Romain Julliard explica que:
Quizás el fenómeno más importante es que nuestra manera de ver a la naturaleza está cambiando: las personas confinadas se están dando cuenta de cuánto extrañan la naturaleza».
Confinados en sus casas para evitar más contagios de Covid-19, las personas tienen más tiempo para observar la naturaleza desde sus ventanas o jardines.
Desventajas del confinamiento
Sin embargo, el confinamiento de los humanos es una mala noticia para las especies acostumbradas a alimentarse de sus desechos.
Otro inconveniente es que se interrumpen las operaciones de ayuda a las especies en peligro de extinción o de lucha contra las especies invasoras», señala Loïc Obled, director general Adjunto de la Oficina Francesa de Biodiversidad.
También será necesario manejar de la mejor manera el fin de la cuarentena.
La gente querrá estar cerca de la naturaleza, pero un exceso puede ser desfavorable para la fauna y la flora», advierte Jean-Noël Rieffel.